Pablo Gil. /EPDA
La representante española Chanel. /EPDAEl cónsul honorario de Ucrania, Pablo Gil, ha apoyado públicamente la celebración del Festival de la Canción de Eurovisión 2023, que ha de organizar Ucrania como país ganador, en el caso de que la guerra y la posterior reconstrucción no permita alcanzar los plazos para celebrarlos en su país.
Gil realizó estas declaraciones mientras era entrevistado por el programa Noticias 8 Mediterráneo, en una aparición en la que también agradeció el apoyo de los eurofans españoles hacia la canción Stefania, una canción que se ha convertido en un himno contra la resistencia de Ucrania a la agresión rusa. Para Gil Valencia “sería una gran solución” no sólo por las grandes capacidades de Valencia a nivel de infraestructuras dirigidas al turismo, de alojamientos y de experiencia en eventos internacionales, sino porque la comunidad ucraniana en la Comunidad Valenciana que “vendría a respaldar”. “Creo que es la suma de todos esos elementos los que podrían hacer factible que se celebre aquí hasta que corran tiempos mejores en Ucrania”, ha afirmado el cónsul honorario de Ucrania en la Comunitat.
Gil ha calificado la victoria de Ucrania en el festival como “un gran espaldarazo de solidaridad que se ha hecho a través del arte y de su reconocimiento por parte de todos los europeos”. Y ha resaltado que esta victoria ha traído a los ucranianos "la alegría de encontrarte que no estás solo en unas circunstancias tan terribles como las que están viviendo”.
El cónsul honorario de Ucrania en la Comunitat Valenciana ha resaltado que este gesto es más importante de lo que pueda parecer en un principio.“Rusia era muy seguidora del certamen, que nació después de la II Guerra Mundial con una visión política de paz. Estar fuera de Eurovisión manda un mensaje claro al pueblo ruso y es algo que ni toda la censura de Putin puede tapar. El hecho de que sea Ucrania la vencedora de este certamen dice más todavía”, ha declaró Gil a Noticias 8 Mediterráneo.
Para Gil esta medida inicia en Rusia el debate de hasta que punto compensa a la población seguir soportando los excesos de Putin, cuyos personalismos les están desconectando del resto del mundo. Para Gil, Putin "mantiene una dictadura que no hace más que meterle en guerras con un gran coste humanitario para sus vecinos y con un coste en vida también para sus propios ciudadanos”.
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