Cárcel de Picassent. EFE
Desde que el 20 de enero surgieran los primeros reclusos en la cárcel de Picassent con síntomas de coronavirus y la certificación pública de un macrobote con más de 90 internos contagiados, la Covid19 sigue manteniendo aislada a la cárcel de Picassent tres semanas después. Como denuncia la madre de un interno a El Periódico de Aquí, ''hay mucho malestar entre los reclusos y los familiares por la falta de información y la confusa política de confinamiento'', relata I. a El Periódico de Aquí. El cierre total de la cárcel se produjo hace más de tres semanas, como publicó este periódico.
Esta madre ha denunciado que ''se les hicieron pruebas PCR hace tres semanas y está previsto que mañana lunes se vuelvan a hacer, también pruebas de antígenos, pero nos parece absolutamente excesivo que lleven más de tres semanas aislados, sin haberse hecho pruebas y sin informar adecuadamente a los familiares, que estamos preocupados'', prosigue.
La odisea particular comenzó el 23 de enero. ''Ya tenía síntomas. Tenía diarrea, había perdido el olfato. Acabó esa tarde ya incomunicado. El domingo dejó de llamarme. Me puse en contacto con la prisión y me dijeron que no me podían dar información. El módulo 6 fue confinado y algunas personas del 7. Los acabaron cambiando a otro módulo a expensas de las pruebas. El miércoles dio positivo'', explica a este rotativo.
Desde entonces sólo han podido salir una hora al patio, en turnos, para hacer llamadas a los familiares. ''Y ahora nos enteramos que han vuelto a llevarles a otras personas recién contagiadas, sin saber nada más, porque sólo se les hizo una prueba PCR y no sabemos si están inmunizados'', se queja esta madre, que denuncia ''una absoluta falta de información y empatía con los familiares. Esperemos que mañana lunes se les hagan ambas pruebas para salir de dudas, pero me parece muy injusto que por estar ingresados en la cárcel hayan perdido los derechos y la dignidad como personas''.
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