Campos de chufa en Alboraia. EPDA El cultivo de chufa en la comarca de l’Horta Nord no atraviesa por sus mejores momentos. Después de tres campañas consecutivas con pérdidas económicas, la superficie cultivada se ha reducido un 20%, con 3.700 hanegadas, debido al abandono de muchos agricultores que se dedicaban a la producción de este producto. Incluso, la cosecha -poco más de 5.000 toneladas- ha caído a los niveles de 2006, lo que supone un 25% menos.
Pero eso no es todo. Al abandono de cultivos de chufa se une la entrada de una variedad africana, que amenaza con contaminar el cultivo autóctono. Y es que por primera vez en la historia de la agricultura de l’Horta Nord, se han detectado parcelas plantadas con chufa de África ya que es mucho más barata.
Sin embargo, esta invasión puede acarrear perjuicios para el sector tales como la hibridación de la variedad autóctona, la introducción de plagas o la reducción de la calidad de la horchata. De hecho, dichas parcelas han sido excluidas de la Denominación de Origen y la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) presentará una solicitud para que se retire de la DO todas las industrias, almacenes y lavaderos que trabajen con esta chufa.
"La chufa africana es menos productiva pero de mayor tamaño y tiene menos contenido en grasa y azúcar, lo que va en detrimento de la calidad de la horchata", advierte el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado.
Las parcelas sembradas -no más de 30 hanegadas-suponen menos del 1% de la superficie de chufas de la presente campaña, sin embargo y aún cesando la actividad, la semilla plantada podría tener un poder de germinación que se prolongaría durante los próximos cinco o seis años. De ahí que el Consejo Regulador haya decidido acertadamente prohibir "sine die" la inscripción de estas parcelas en la DO.
Los servicios técnicos de AVA-Asaja desconocen hasta dónde podrían llegar las consecuencias de la introducción de esta chufa en suelo valenciano, por lo que reclaman a la Conselleria de Agricultura que aclare este extremo. Y es que su cultivo, por efecto de la polinización con campos de chufa vecinos, podría incluso degenerar en una hibridación de ambos tubérculos.
Limpias de hongos
La organización agraria cuestiona, además, que las semillas llegasen a Valencia limpias de hongos o enfermedades que pudieran afectar a la zona de huerta, lo que sería especialmente grave dado que el minifundismo reinante facilitaría su rápida propagación.
Por otra parte, la chufa así como la mayor parte de las hortalizas plantadas también en esta misma área, son cultivos menores cuyas armas fitosanitarias frente a patógenos son pocas y escasamente efectivas. "El cultivo de chufas africanas supone una doble amenaza: de un lado la fitosanitaria y agronómica y del otro la identitaria en tanto despersonalizaría la calidad y el sabor de la horchata tal y como hoy la entendemos", concluye Aguado.
Pero no todas son malas noticias. Tras la campaña informativa de AVA-Asaja sobre los efectos de esta variedad africana, se ha logrado estabilizar las importaciones de este tipo de chufa con 1.700 toneladas.
Y la estabilización de este mercado así como el descenso de la cosecha en la huerta valenciana han contribuido a reducir el stock en los almacenes. Por lo que después de tres campañas consecutivas con pérdidas, los productores de chufa afrontan una nueva temporada con más esperanza, ya que los precios permiten alcanzar un beneficio mínimo.
El precio en origen de la chufa se ha mantenido estable por encima del umbral de la rentabilidad. Si bien en los últimos años las cotizaciones se situaban en torno a los 0,36 y 0,42 euros por kilo, en la actualidad el precio ha alcanzado los 0,54 euros por kilo.
"No es una cantidad para lanzar las campanas al vuelo, ni mucho menos, pero permite obtener un beneficio mínimo, y ello es muy importante para garantizar la viabilidad del cultivo y el paisaje de la huerta valenciana", destaca el presidente de la DO Chufa de Valencia y representante de AVA-ASAJA, Antonio José Gimeno.
La recuperación se ha conseguido a costa de reducir la superficie de cultivo y las importaciones africanas. De hecho, en solo dos años el sector ha logrado reducir los stocks en una tercera parte.
Este ajuste de la oferta, más adaptada a la demanda, está abriendo renovadas expectativas de crecimiento de este cultivo. "Seguramente va a aumentar la superficie de cara a la próxima campaña, pero los precios tienen todavía mucho margen para subir", concluye Gimeno.
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