Ximo Catalán. / EPDAEn los últimos días, muchos vecinos y vecinas de Almardà hemos sentido cómo nuestra tranquilidad se veía alterada por robos, ocupaciones ilegales y conductas que poco tienen que ver con el respeto a la convivencia. No lo hemos leído solo en redes sociales: lo vivimos en primera persona, porque también somos parte de este barrio, porque también queremos salir a pasear sin miedo y descansar sin sobresaltos.
La vivienda no es simplemente un espacio físico. Es el lugar donde hemos criado a nuestros hijos, donde compartimos momentos con la familia, donde guardamos los recuerdos de toda una vida. Por eso duele tanto ver cómo, en cuestión de horas, alguien puede irrumpir en lo que no es suyo y arrebatar a otros la seguridad de su propio hogar. La propiedad privada es, en definitiva, la garantía de que ese esfuerzo, esa historia personal y colectiva, será respetada.
Creo firmemente que no podemos mirar hacia otro lado. Es necesario contar con leyes que protejan de verdad a los vecinos, que garanticen que una vivienda ocupada pueda ser desalojada en un plazo máximo de 24 horas, que impidan que los ocupantes ilegales puedan empadronarse y que establezcan consecuencias claras para quienes hacen de la ocupación su forma de vida. No se trata de castigar, sino de cuidar lo más valioso que tenemos: la paz en nuestros hogares y la confianza entre vecinos.
También soy consciente de que la ocupación a veces va unida a situaciones sociales complicadas. Por eso, estas medidas deben complementarse con políticas que ofrezcan alternativas dignas a quienes se encuentran en circunstancias extremas. Pero hay una línea que no podemos permitir que se cruce: la necesidad nunca puede justificar vulnerar la ley ni apropiarse de lo que con esfuerzo pertenece a otro.
Como vecino y como concejal, mi compromiso es estar al lado de quienes hoy sienten miedo e incertidumbre. Porque Almardà, y Sagunto en su conjunto, merecen ser lugares donde reine la convivencia, el respeto y la seguridad. Nuestro barrio es mucho más que casas y calles: es nuestro hogar, y debemos protegerlo.
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