Eduardo del Pozo QuerolEn 40 años de democracia, el PSOE y el
PP se han alternado en el Gobierno de
España y también en el de Castellón. Sus
políticas de derechas e izquierdas y su
conversión en bloques estancos inamovibles ha
hecho que el dinero público que se va por el sumidero del despilfarro, corruptelas o malísima
gestión se tape con un tupido velo o con el consabido “y tu más”, ya que hemos funcionado a
“piñón fijo” y no se castigaban en las urnas estas prácticas.
El coste de las desaladoras de Oropesa-Cabanes y de Moncófar es de 116 millones de euros y
los convenios municipales firmados con ACUAMED S.A. dejan en la penuria económica a dichos Ayuntamientos ante el inasumible coste del
agua. Por lo tanto, estas infraestructuras son actualmente innecesarias y están infrautilizadas.
La plataforma-almacén submarino CASTOR
en Vinaròs tuvo un coste de 1.193,5 millones de
euros a 31/12/2011, un 89,54% más de lo previsto.
El Gobierno socialista, a diferencia de lo que hizo en la planta de Brihuega (Guadalajara), incluyó una cláusula abusiva en la que se garantizaba
la devolución de la inversión a la concesionaria
en caso de reversión; empiezan a inyectar gas y
se producen más de 500 movimientos sísmicos.
En 2014 se dispone el cierre y la hibernación de
la planta con un coste anual de 15,7 millones de
euros. La OCU señala que la factura de este desastre será de 4.731 millones de euros. El Gobierno acaba de aprobar la emisión de deuda pública para su pago. Por cierto, de la hibernación se
encarga ENAGAS S.A. en su Consejo de Administración José Montilla, Ministro de Industria en el
2006, dijo “el Proyecto Castor es urgente, necesario y prioritario”.
Con estos dineros y otros muchos, tirados por
el sumidero de Castellón, pensemos en los servicios públicos que no tenemos y podríamos tener.
Si lo calculamos, nos servirá para no dejarnos encasillar y empezar a penalizar tanto despropósito.
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