El código penal establece en España el indulto como medida de gracia a una persona, dejando sin efecto el cumplimiento de la pena, aunque no extingue la responsabilidad civil derivada del delito. Desde el comienzo de la democracia se han concedido en España unos 19.000 indultos.
Hace poco más de un año, el gobierno de Pedro Sánchez nos sorprendía con la concesión de los indultos a los presos del "procès"'. Ciudadanos, mi partido, participó activamente en las concentraciones en contra de estos indultos en las principales capitales autonómicas. Unos indultos, a los que se les puede calificar, como poco, de aberrantes.
Ha pasado apenas un año y tres meses de estas circunstancias que les narro cuando nos encontramos de nuevo ante una nueva petición de indultos. Esta vez, estamos ante la solicitud de indulto a José Antonio Griñán. A principios de septiembre, la familia del expresidente andaluz enviaba una petición de indulto, a la que se han sumado una extensa lista de conocidos firmantes de diferentes ámbitos sociales, culturales, deportivos y, cómo no, también políticos.
Esta lista de firmantes la componen dos expresidentes del gobierno: Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, y un exvicepresidente, Alfonso Guerra, entre otros rostros políticos conocidos. A ellos, se les suma también expolíticos del Partido Popular. Parece que, en muchos asuntos escabrosos, la vieja política se une de forma rápida para tapar o para reivindicar lo no reivindicable. En este caso, observar como también ciertos expolíticos del PP se adhieren para firmar una solicitud de indulto de un político socialista condenado por prevaricación y malversación de caudales públicos es algo que, cuando menos, llama mucho la atención.
No hay que obviar tampoco, que personalidades de reconocido prestigio en diferentes ámbitos como Vicente del Bosque, en el deporte, o José Luis Garci, en la cultura, se han sumado a una petición insultante para la mayor parte de los ciudadanos de a pie. A la larga lista se le suma también las firmas de personalidades del ámbito sindical y de la empresa.
Ante todo, esto he de decir en voz alta que la mayoría de los españoles confiamos en la justicia y esperamos que ésta haga su trabajo libre e independientemente. De manera particular, opino que no nos encontramos ante un caso de necesidad económica o desconocimiento amplio de las irregularidades cometidas, que pudiera justificar una línea defensiva que pudiese generar alguna duda razonable. Según la sentencia: "los condenados actuaron con conocimiento de las irregularidades y persiguiendo una concreta finalidad cuya ilicitud conocían". Por tal motivo, no son pocas las voces autorizadas en materia legal que no ven justificada la vía del indulto, coincidiendo con mi manera de ver este asunto.
No somos pocos los que nos preguntamos por qué personas de reconocido prestigio en la sociedad no se han sumado de manera recurrente a peticiones de indulto de personas anónimas, solicitando la evasión de prisión de un condenado. Parece que, para los sectores influyentes de la sociedad, solo los casos de mayor interés político o los de mayor interés mediático sean los factores motivacionales para que se lleven a cabo ciertas adhesiones a ciertas causas. Parece también un indicador del doble rasero en el que se mide hoy por hoy la sociedad, en la que nos encontramos a groso modo a los más influyentes, a los super pagadores o también llamada clase media y a los más desfavorecidos, a los que nunca se les pide el indulto por parte de casi nadie.
Ciudadanos se han posicionado claramente en contra de que se le aplique al expresidente andaluz el indulto y, por lo tanto, la evasión de la prisión. No puede haber en estos casos un doble rasero legal y social. No hay razones legales que justifiquen el indulto, a tenor de la claridad de la sentencia. No hay razones de otro tipo que tampoco lo justifique.
Los españoles nos merecemos sentirnos protegidos ante las posibles actuaciones ilegales de nuestros dirigentes. Precisamos la total independencia judicial, que permita hacer justicia ante casos que nos afectan a todos los ciudadanos. Es vital que la justicia, en todos los términos de la palabra, quede alejada de la influencia de vieja la política, sobre todo, alejada de las prácticas históricas del PP y del PSOE. Esta es una bandera de Ciudadanos que vamos a defender en todos los estamentos políticos y de cualquier otro tipo en los que tengamos representación. La libertad y la independencia judicial son innegociables.