José Luis Ábalos se hizo un nombre a nivel nacional porque fue uno de los fieles escuderos que llevaron a Pedro Sánchez a recuperar la secretaría general del PSOE y a ganar las elecciones generales. Junto a Santos Cerdán y Koldo García. Pero Ábalos fue clave también en la llegada al poder a José Luis Rodríguez Zapatero, cuando en el año 2000, en aquel 35 Congreso Federal del PSOE celebrado en Madrid, se imponía por un puñado de votos a José Bono, en una cita en la que también concurrieron la guerrista Matilde Fernández o Rosa Díez. Ábalos ha estado en todas las salsas orgánicas valencianas, a pesar de que siempre hubo un runrún de presunta corrupción vinculada a su ONG FIADELSO, que ahora se pone en un primer plano informativo tras los audios y los informes de la UCO que han acabado con los tres, Ábalos, García y Cerdán, a la espera de nuevas revelaciones. La historia del PSOE y también la de su rama valenciana habría sido muy diferente si Ábalos no hubiera tenido tanta intuición política, ni tampoco si otras familias del socialismo valenciano no le hubiesen apoyado para evitar la llegada de un político honesto como Toni Gaspar a la secretaría provincial de Valencia o si le hubiese ganado el pulso en 2000 a Joan Ignasi Pla en el IX Congreso del PSPV celebrado en Alicante en septiembre de ese año. En 2025 llega el fin político de José Luis Ábalos tras 30 años de liderazgo valenciano y clave en las victorias de José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez. Desde las trincheras locales de Valencia hasta La Moncloa, José Luis Ábalos tejió una carrera política cimentada en su control sobre las bases del PSPV en Valencia. Pero, tras décadas de estrategia y conquistas orgánicas, ahora encara el reto más duro: el proceso judicial que puede llevarlo a la cárcel.
1. El arquitecto del ascenso de Zapatero
En el año 2000, el PSOE se encontraba en una encrucijada tras la derrota electoral ante el PP de José María Aznar. Felipe González había dejado el liderazgo años atrás y el partido buscaba un nuevo rumbo. Fue en este contexto donde José Luis Ábalos desempeñó un papel crucial en el 35º Congreso Federal, apoyando la candidatura de un joven José Luis Rodríguez Zapatero, quien finalmente se impuso a pesos pesados del partido como José Bono.
Ábalos, entonces secretario general del PSOE en la provincia de Valencia, fue uno de los operadores clave en la sombra que trabajaron para que Zapatero se hiciera con la dirección del partido. Su habilidad para tejer alianzas y movilizar apoyos internos lo convirtió en una figura respetada dentro del PSOE, ganándose la confianza de sectores que buscaban una renovación en el liderazgo socialista. Por Ábalos, entró de vocal en la federación socialista Gloria Calero y esto se traduciría más tarde en su candidatura a la alcaldía de Sagunt, primero, y al puesto de delegada del Gobierno de la Comunitat Valenciana, más tarde. Porque a Ábalos se le atribuyen todos los males, pero siempre fue un hombre que impulsó a sus peones y seguidores.
2. El pulso interno: Ábalos vs Pla, un duelo decidido por 10 votos
Ábalos salió fortalecido como único representante de la federación socialista valenciana que apostó por Zapatero. Y por ello, lo empujaron a optar a la secretaría general del PSPV-PSOE en septiembre de ese año. Solo 10 votos de diferencia separaron a Ábalos de la gloria interna. En el IX Congreso del PSPV, celebrado en Alicante el 23 de septiembre de 2000, el secretario comarcal de Valencia se enfrentó a Joan Ignasi Pla, respaldado por Joan Lerma, Ciprià Ciscar y buena parte de las corrientes tradicionales. Ábalos, con el apoyo de la dirección nacional —incluyendo a Pepe Blanco y Ciprià Ciscar—, obtuvo 169 votos frente a los 179 que dieron el triunfo a Pla. Ábalos aceptó ser vicesecretario y mantuvo su poder 'familiar' hasta su reciente defenestración.
3. El reto de Toni Gaspar: 40 votos y la provincia en disputa
En 2012, la pugna se desplazó a la secretaría provincial del PSPV. Frente a él, apareció Toni Gaspar —alcalde de Faura y portavoz de la Diputación en ese momento—, quien representaba el ala renovadora con la plataforma @una. La votación fue ajustada: Ábalos venció con 235 votos (53,5 %) frente a los 195 de Gaspar (44,5 %). Un margen de solo 40 votos que evidenció la fractura interna y la necesidad de coaliciones para mantenerse en pie . Entonces, la histórica familia lermista -seguidores de quien fuera presidente de la Generalitat, Joan Lerma- apoyó a Ábalos, junto al ciscarismo y una parte del grupo de Jorge Alarte, uno de los traidores al sector de jóvenes alcaldes que querían llegar al poder del PSPV para renovarlo y pasar página de las dinámicas de familias y dinosaurios.
4. Red de apoyos: aliados en Sagunto, Policía Local y la familia “abalista”
Su ascenso no fue solitario; contó con una estructura de apoyo bien engrasada:
• Gloria Calero, entonces alcaldesa socialista de Sagunto, se consolidó como una de sus principales apoyos en áreas industriales clave, facilitando su influencia territorial. Calero fue candidato a la alcaldía de Sagunt en 2003 gracias a Ábalos, que la colocó de vocal en la dirección federal del PSOE cerca de Pepiño Blanco. Calero sería más tarde delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana.
• En el Ayuntamiento de Valencia, un concejal de Policía Local, Aarón Cano, estrechamente vinculado a Ábalos permitió apuntalar su poder municipal y asegurar lealtades dentro del consistorio.
• Desde el núcleo del PSPV surgió la familia “abalista”: un grupo orgánico de confianza que incluía a figuras como Alejandro Soler, Mercedes Caballero y José Vicente Berlanga, entre otros. Este núcleo operó como una extensión del poder de Ábalos, explorando candidaturas internas y asumiendo puestos orgánicos.
5. La consolidación: concejal, vicesecretario, diputado y ministro
Entre 1999 y 2009 ejerció de concejal en Valencia, consolidando su posición en distritos como Orriols o València Nord. Su predominio en esas agrupaciones fue el trampolín que le catapultó al Congreso en 2009, cuando sustituyó a la eurodiputada Inmaculada Rodríguez-Piñero.
6. El regreso de Pedro Sánchez: un soldado leal
Años después, cuando Pedro Sánchez fue forzado a dimitir como secretario general del PSOE en 2016 tras un golpe interno liderado por Susana Díaz y los barones del partido, Ábalos se convirtió en uno de sus principales aliados para el regreso. En el proceso de primarias de 2017, donde Sánchez se impuso contra todo pronóstico a la candidatura oficialista de Díaz, el valenciano desempeñó un papel estratégico clave.
Como uno de los primeros dirigentes en apostar abiertamente por la vuelta de Sánchez, Ábalos se ganó su confianza y, una vez Sánchez recuperó el liderazgo del PSOE, fue recompensado con cargos de máxima relevancia. Se convirtió en secretario de Organización del partido y, tras la llegada de Sánchez a la Moncloa en 2018, asumió el Ministerio de Fomento, luego rebautizado como Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Desde esa posición, se consolidó como uno de los hombres fuertes del Ejecutivo.
7. La caída: Koldo, Santo Cerdán, UCO y el adiós político
El 21 de febrero de 2024 marcó el inicio de su desmoronamiento: su colaborador Koldo García Izaguirre fue detenido por presunta corrupción en compras sanitarias. Ábalos renunció a presidir la Comisión de Interior, fue expulsado del grupo socialista y pasó al Mixto. En junio de 2025, la Guardia Civil, por orden del Supremo, allanó su casa en la ciudad de Valencia. Se incautaron teléfonos, discos duros y documentación sobre contratos públicos. Ahora está bajo investigación por cohecho, malversación y pertenencia a organización criminal. El nombre de la ONG FIADELSO ha vuelto a un primer plano y se investiga si presuntamente fue una de las tapaderas utilizadas para desviar fondos públicos en paraísos fiscales.
8. ¿Qué queda tras el naufragio?
Ábalos resiste como diputado, pero en el Grupo Mixto. Su futuro depende del calendario judicial y su posible retorno —o no— a la escena política. A sus 66 años, lo que resta de trayectoria dependerá del fallo del Supremo. Sus principales aliados en Valencia miran hacia otro lado y se desvinculan de quien fuera su líder orgánico y en muchos casos amigo.