Se
estima que casi el 50% de los varones españoles padecerá a lo largo
de su vida un agrandamiento de la próstata, lo que “perjudicará
la calidad de vida y en algunos casos llegará a impedir
completamente la salida de la orina por lo que pueden llegar a verse
obligados a utilizar una sonda para poder miccionar”, afirma el
Doctor Carlos Reig, Jefe del Servicio de Urología del Hospital
de Manises.
En
la actualidad, la utilización del láser verde se ha consolidado
como una de las técnicas más efectivas y menos invasivas para
solucionar este problema. El Hospital de Manises, que cuenta con esta
técnica desde 2013, ha realizado más de 300 intervenciones de este
tipo con un elevado porcentaje de éxito. No en vano se trata de uno
de los servicios más reconocidos del panorama nacional, tal como
destacó la semana pasada el ranking Merco
Sanitario,
que identificaba al servicio de Urología de Manises como el 2º más
destacado por su buena reputación en la Comunitat Valenciana y el
décimo tercero a nivel nacional.
El
láser se compone de un haz de luz que elimina parte del tejido
prostático mejorando estos problemas de micción. Se trata de un
procedimiento endoscópico que se realiza a través del conducto de
la orina, por lo que no se necesita ninguna incisión ni suturas
posteriores. Con el instrumental necesario, el urólogo accede a la
próstata y mediante la colocación del láser aplica la energía que
permite evaporar el tejido que se ha agrandado en la próstata.
El
láser verde es una tecnología utilizada en el Hospital de Manises
para el tratamiento de los problemas de próstata no cancerosos, como
el aumento del tamaño de la próstata, una enfermedad que dificulta
la salida de la orina. Normalmente el perfil del paciente que sufre
problemas por agrandamiento del tejido prostático es un hombre a
partir de 50 años que ha comenzado a tener dificultad para orinar.
Esto lo provoca el continuo agrandamiento de la próstata a medida
que los hombres envejecen, que oprime la uretra y, por lo tanto,
conlleva problemas en la calidad de la micción.
Una
técnica endoscópica
La
principal ventaja del láser frente a una intervención prostática
tradicional es que produce una gran reducción del riesgo de
sangrado, ya que la posibilidad de que se produzca una hemorragia con
esta técnica endoscópica sin incisiones es remota.
“Esto
se debe a que la energía láser produce una coagulación muy eficaz
del tejido y por lo tanto impide que se produzcan sangrados. Por este
motivo es ideal para pacientes que tomen tratamiento anticoagulante
o que tengan algún tipo de enfermedad que aumente el riesgo de
sangrado”, explica el Doctor Carlos Reig.
A más a más, este procedimiento presenta la posibilidad de poder
tratar próstatas de todos los tamaños, incluso las más grandes,
que hasta ahora eran tratadas mediante cirugía abierta con mayores
riesgos.
“Se
trata de una intervención mínimamente invasiva, y por lo tanto
resulta muy cómoda para el paciente, ya que prácticamente no
produce dolor y le permite incorporarse a su vida normal de
inmediato”, afirma el Doctor Reig. Además, en casi todos los
casos, “el paciente percibe que el calibre de su chorro miccional
es mucho mejor que antes de la intervención y los pacientes que
necesitaban sonda para poder orinar, dejan de necesitarla enseguida”,
señala el doctor Reig.
Bajo
impacto sobre la función sexual
Una
de las principales preocupaciones de los pacientes que van a ser
intervenidos es conocer si la intervención tendrá algún tipo de
repercusión sobre su vida sexual. Según explica el doctor Reig “el
uso de esta técnica tiene efectos positivos frente a otras ya que el
impacto sobre el deterioro de la función sexual es menor. Esto se
debe a que se trata de una técnica extremadamente precisa, pues el
efecto del láser no penetra en los tejidos más profundos, evitando
así posibles daños”.
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