Ricard Torres. EPDA
Eduardo Bolinches. EPDA
¿Sabías que el Reino Unido es el
cuarto cliente mundial de la Comunitat Valenciana y que somos la segunda región
española más exportadora?
Estamos viviendo un impasse antes
de conocer si tendremos que asimilar un Brexit duro, con aranceles, o un
divorcio bien avenido.
Las relaciones comerciales
entre 3.000 empresas británicas y
valencianas mueven anualmente más de 4.000 millones de euros. En el foco, el
automóvil, el sector que podría resultar más perjudicado, con un 52% de
nuestras exportaciones a Inglaterra, no sólo de vehículos sino también de
componentes. Las frutas y hortalizas, el azulejo y el turismo también aguardan
expectantes.
Lo analizamos con un cara a cara
entre los economistas Ricard Torres (Yuris Concursal) y Eduardo Bolinches (www.bolsanow.com).
Ricard Torres (RT): Se tendrán
que fijar las condiciones exactas porque hasta ahora los efectos han sido
limitados. La UE quiere 0 aranceles en los bienes que entren y salgan, con dos
condiciones:
1.- Evitar ventajas injustas de
competencia, como ayudas de Estado a alguna empresa. Y la exigencia de que haya
unos estándares similares.
2.- Acuerdos pesqueros.
No sabremos los efectos hasta conocer
qué parte hay de mítin político y qué parte de realidad económica, aparte que
pueden derivarse consecuencias por la molestia que produce en ocasiones
escuchar a Johnson entre los europeos. En el corto plazo va a haber gente que
tome decisiones consumiendo menos productos ingleses.
La posición del Reino Unido de
momento es altiva y no aceptan normas de la UE, de la que se han ido. Y esto
genera una dificultad. Estamos ante un pulso. Si mantiene una posición de
Brexit duro, habrá problemas importantes porque se generarán aranceles y con
ellos vendrán dificultades sectoriales.
Eduardo Bolinches (EB): Es un
divorcio que a ninguna de las partes le interesa que sea duro. Están condenados
a separarse muy amigablemente. Bruselas se ha bajado ya los pantalones porque
ofrece una negociación a lo canadiense, es decir, sin aranceles pero le pedirá
a Reino Unido que suavice su posición con el espacio Schengen. Las reglas del
juego han de estar aceptadas por los dos parlamentos antes de fin de año.
De momento todo es una incógnita
pero pienso que no habrá ningún cambio porque es un movimiento político
producido por las tensiones migratorias. Los ingleses querían lo bueno de la UE
pero no lo malo y de ahí surge el referéndum. No tienen miedo al Brexit. Su
economía no es comparable a Cataluña porque el poder económico catalán no tiene
un aguante para un impasse de diez años pero el inglés, sí.
No hablamos de que se vaya Grecia
sino de una economía potente a nivel mundial por lo que la libra se pondrá
fuerte. La economía británica es un fórmula 1 y la europea, no es un Seat Panda
pero no es comparable. La libra seguirá apreciándose, con lo que habrá una
moneda fuerte en una economía potente del mundo financiero. La city sigue
siendo la city, con un movimiento espectacular de divisas, y eso no cambia.
Turismo:
RT: Queda más afectado por la
depreciación de la libra. Tendrá más importancia la normalización de nuestra
competencia árabe que el encarecimiento por el efecto libra pero hablamos
siempre del turismo más económico. Entiendo que las consecuencias no serían
dramáticas.
EB: A tener en cuenta que también
tenemos frontera natural con el Reino Unido en Gibraltar. En La Línea de la
Concepción tienes una tasa de paro superior al 30% mientras a 2 kilómetros no
hay desempleados, por tanto obliga a armar un plan de apoyo para que los
ciudadanos de la comarca puedan comer.
Los ingleses continuarán viniendo
porque no tienen sol y playa y ahora podrán visitarnos con paquetes más baratos.
La única complicación será burocrática si el Brexit es duro. El problema será nuestro
porque si de entrada, Londres es una ciudad de por sí muy cara, ahora lo será
más por la recuperación de la libra.
Automóvil:
EB: Si se aplican aranceles se
vivirá una mini guerra como la de EEUU-China que encarecerá el producto con el
consiguiente riesgo de que bajen las exportaciones y las importaciones pero no
creo que se les pase por la cabeza a ninguna de las partes. Pienso que será una
amenaza para que Reino Unido consiga lo que quiere: poner una frontera frente a
la inmigración. Si se enrocan en una posición migratoria dura, Bruselas irá de
farol amenazando con aranceles pero no lo hará porque es echarse un tiro en el
pie. Son dos economías muy fuertes pero la británica lo es más que la europea.
La duda es si la UE aguantaría un Brexit duro.
RT: Las consecuencias podrían ser
importantes porque los ingleses podrían comprar vehículos de sus plantas.
Alguna marca como Nissan ya ha anunciado que cerraría su planta en Barcelona si
hay aranceles y ampliaría su planta inglesa.
En el caso de Ford, sin planta en
Inglaterra, también sufriría. En estos momentos, nuestra planta está dedicada
casi en exclusiva a la fabricación del
Kuga, porque ocupa más de la mitad de la producción. Un arancel sobre el Kuga
produciría un descenso de un 10% en las ventas.
El sector automovilístico es la
mayor industria en Reino Unido de modo que también tendrán problemas porque su
principal sector exportador también es el automóvil con marcas como Land Rover,
Jaguar, Bentley o Aston Martin… que venden en la UE el 55% de lo que producen.
No saldrán indemnes de esta posición nacionalista.
Agroalimentario
RT: Representan el 15% de las
exportaciones globales al Reino Unido. Habrá menos impacto porque aunque tienen
acuerdos preferenciales por ejemplo en cítricos con Sudáfrica, en estos
momentos esta competencia ya existe. Son productos de primera necesidad y
difícil sustitución. El sector que se podría ver más afectado sería el del vino
pero nuestras marcas están asentadas en un sector medio-medio alto y la
diferencia de precio se nota menos.
Tenemos una posición de ventaja
logística porque estamos a un día de viaje, con lo cual mantienen una frescura
que no garantizan por ejemplo las frutas y hortalizas que llegan de Marruecos. No
hay un producto sustitutivo.
EB: Nuestra posición es
estratégica por nuestra calidad. Les va a seguir interesando comprar productos
españoles baratos porque ellos no pueden producir. Las relaciones de las
empresas continuarán como hasta ahora.
Azulejo
RT: Suponen el 8% del total de lo
que exportamos. El impacto estará relacionado con la construcción residencial
que se puede ver afectado porque se detraerá la llegada de mano de obra europea
y por la pérdida de confianza en la demanda de viviendas. Aparentemente es un sector
que no subirá en los próximos años por lo que el azulejo no crecerá o perderá
algo, pero no de manera brusca gracias a la calidad de nuestro producto. Entre 2018
y 2019, las exportaciones ya subieron un 8%. Hay sectores más sensibles como el
mueble y el calzado.
Mano de obra sanitaria:
RT: No habrá problema para
obtener el permiso de residencia porque en ese sentido son listos y conocen sus
necesidades. Lo que pretenden es un control sobre la inmigración masiva no
cualificada. Quieren ser más selectos.
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