José Salvador Murgui. FOTO EPDA Esta noche me he dedicado a escuchar canciones de las que me gustan, de esas que están descatalogadas, esas que para alguien, no le dicen nada, pero que cuando las oyes en silencio, con recogimiento, descubres que te dicen muchas cosas, sientes la verdad rabiosa de las mismas y el misterio que encierran. Canciones de mis queridos amigos de Huelva, de los Brotes de Olivo.
Estamos viviendo días únicos, días cargadísimos de historia, momentos trascendentales donde todos opinan, donde todos somos protagonistas. Vivimos un mundo global y diverso, un mundo cargado de todo y a la vez vacío de contenido, pero en el fondo un mundo, una vida sin rumbo para algunos y con mucha historia para otros.
De repente llega la música, una canción de los años ochenta “de la movida”, pero ésta es de la otra movida, la que no pasa de moda, la que es eterna, la que a veces olvidamos y no valoramos, la que en muchas ocasiones nos pasa desapercibida, y sin embargo, la letra te martillea la mente:
“Buscas en tu vida un líder que la llene de sentido. No puedes hacer escombros lo que ha de ser camino. En quienes pones los ojos, tarde o temprano, te fallan, igual que tú a los demás: de los fallos nadie escapa”.
Un líder que la llene de sentido, cuando el sin-sentido es lo que impera. Un líder cuando la corrupción abrasa nuestro mundo. Un líder que te falla. Si que te falla, porque la mentira es la bandera de muchos líderes… Un líder… ¿Dónde está el líder?
Y sigue la canción: “Siempre, desde siempre, alguien mira a tu vida intensamente, es el líder de la vida que ni falla, ni te miente.” Ya hemos adelantado algo, hemos encontrado alguien que ni falla ni te miente. ¡Qué grande, y que difícil, alguien que no falla, alguien que no miente: “Tal te busca y se te entrega, que por ti murió en la cruz, es tu amigo, amigo, amigo y su nombre es Jesús”. Ya está claro, es el líder de la vida, el amigo que nunca falla. El REY DE LA ESPERANZA.
Y la canción sigue sonando hasta el final: “Está unido a los humildes, del que sufre vive cerca, rechaza al que se enaltece y al egoísta condena. Mas lo grande de Jesús, es que no guarda rencor, revoluciona las vidas, viviendo sólo el amor”.
Revoluciona las vidas viviendo solo de amor. Queridos lectores, habéis pensado lo que es una REVOLUCION DE AMOR, donde el programa electoral sea el “Padre Nuestro”… ¿alguien de ustedes ha pensado en llevar a cabo este sencillo programa electoral? ¿Alguien ha experimentado la fuerza que tiene el saber perdonar las deudas y las ofensas? ¿Habéis pensado aquello de que a nadie le falte el pan, sois conscientes de no caer en la tentación de no amar a tu hermano, a tu vecino, a tu enemigo, al que criticas, porque te cae mal…? ¿Sois conscientes de que hoy no tenemos líderes que nos hablen de estas cosas? Líderes que condenen el egoísmo, que estén al lado del que sufre, y sobre todo líderes que vivan por y para el amor al otro… al próximo.
Pues mal vamos sin líder. Mal vamos si no tenemos quien nos llene la vida de sentido, mal vamos si no aplicamos doctrinas tan revolucionarias, tan tajantes y tan verdaderas como la que nos marca aquel líder que por ti murió en la cruz.
En este mundo sensual, vanidoso, donde nos encargamos de negar la existencia de seres tan grandes como Dios, estamos dando tumbos sin rumbo. Nadie es feliz, nadie está agusto ni con nada ni con casi nadie; el nerviosismo impera, el estrés nos ataca, la verdad nos huye, y el silencio nos acobarda.
Mientras tanto, seguimos sin líderes… “En quienes pones los ojos, tarde o temprano, te fallan, igual que tú a los demás: de los fallos nadie escapa”. Señores es hora de despertar, esta canción me ha puesto las pilas, e igual que lo he sentido yo, os lo transmito a vosotros.
Olvidémonos de quien nos falla, y tanto si eres creyente como no, la canción te está diciendo la verdad, busca al líder de la vida que ni te falla ni te miente… y sobre todo, si tú te sientes capacitado para liderarlo, empieza ya a pilotar la nave. Si no lo encontramos, si de nosotros no hacemos ese líder, habremos fracasado en el intento, pero de verdad hay que buscarlo y encontrarlo, porque si no, tendremos que recordar aquella canción del trío los Panchos, que en una de sus estrofas decía: “Sin rumbo, y en el lodo… (que es como estamos) ¡Si tú me dices ven, lo dejo todo!
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