La Vall de Laguar. / EPDAEn la Vall de Laguar, entre barrancos afilados y laderas donde la niebla se aferra a los bancales como si guardara un secreto, persiste uno de los misterios rurales menos conocidos de la Comunitat Valenciana. A finales del siglo XIX comenzaron a circular historias sobre un animal oscuro y silencioso que atacaba rebaños enteros sin dejar huellas claras ni signos propios de los depredadores habituales. Los pastores describían cortes limpios y profundos, ajenos a la ferocidad desordenada del lobo, y relataban que el intruso se desplazaba con una agilidad inquietante, como si avanzara a saltos desproporcionados.
El entorno agreste de la Vall, formado por barrancos estrechos y senderos complicados, alimentaba una sensación de indefensión que aún hoy se respira al caer la noche. Los testimonios hablaban de un animal grande, de pelaje oscuro, que se movía sin emitir sonido alguno. Lo más desconcertante era que las muertes de ganado parecían obedecer a un patrón casi ritual, como si alguien o algo seleccionara las piezas y las dejara en el lugar de la muerte sin alteraciones adicionales. Ante estos sucesos, la Guardia Civil atribuyó los ataques a perros asilvestrados, una explicación funcional para calmar a los vecinos, pero insuficiente para quienes afirmaban haber visto al intruso encaramarse a paredes imposibles o desaparecer de un salto entre la maleza. La hipótesis de una pantera escapada de algún circo ambulante llegó a mencionarse en conversaciones de taberna, pero no existe prueba que la respalde.
Algunos ancianos hablaban sin embargo de un animal que no se comportaba como bestia conocida, sino con un sigilo casi consciente, como si estudiara el terreno antes de actuar. El misterio creció cuando se registraron episodios aislados en los que rebaños enteros eran atacados en distintos puntos de la Vall durante la misma semana, lo que alimentó la idea de que no se trataba de un solo depredador, sino de algo más esquivo.
Con el paso de las décadas, la figura del Monstruo de la Vall de Laguar quedó relegada a la tradición oral, mencionada a veces en veladas de invierno o como advertencia para los más pequeños, pero sin transformarse jamás en un mito comercializado. Por eso conserva ese aroma intacto de enigma auténtico, una sombra que atraviesa la historia de un valle silencioso donde, aún hoy, algunos aseguran que hay noches en las que algo desconocido todavía se asoma entre las rocas y caminos tortuosos.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia