Pedro Cavadas observa la cara de Emmanuella. EFE/Kai Försterling/Archivo
El niño africano de 10 años al que el cirujano Pedro Cavadas extirpó un
tumor craneofacial más grande que su cabeza murió por una "hemorragia
masiva por boca" que no pudo ser controlada, ocasionada por un
"atragantamiento con golpes de tos intensa".
Así lo señala el
cirujano valenciano en un comunicado remitido a la Agencia EFE, en el
que afirma que esta complicación "no era predecible" y asegura que ha
"repasado mil veces, al milímetro, cada detalle del tratamiento" y
asegura no ser "capaz de identificar qué podía haber hecho distinto para
evitar este desenlace".
El niño murió el viernes en el avión en el que viajaba de regreso a su casa, de Madrid a Casablanca.
Según
Cavadas, "los resultados de la autopsia y el relato de los testigos,
previa autorización judicial para difundir la información, concluyen que
la muerte se produjo por un atragantamiento con golpes de tos intensa
que ocasionaron una hemorragia masiva por boca que no pudo ser
controlada y que resultó en la muerte por shock hipovolémico".
En
el comunicado explica que sobre las 16 horas del pasado viernes el
Instituto de Medicina Forense de Málaga les comunicó que el cuerpo sin
vida de Emmanuel, paciente de la Fundación Pedro Cavadas, se encontraba
allí.
Se les informó de que durante el vuelo de vuelta a su país
murió y el avión hizo un aterrizaje imprevisto en Málaga para el
levantamiento del cadáver.
"La noticia nos deja estupefactos, sin
explicación posible de qué ha podido pasar", afirma Cavadas, que añade
que de inmediato se pusieron en contacto con el padre y con la
asociación que colaboró en la logística de los traslados del paciente
para asegurarse de que el padre estaba "atendido y arropado ante una
situación así".
Tras hablar con el médico forense y la juez
instructora, Cavadas envió "toda la información, detalles e imágenes" de
la que dispone sobre el tratamiento de Emmanuel "para ayudar en lo
posible a esclarecer la causa de esta muerte".
También se
pusieron en contacto con sus familiares en Congo para comunicarles "la
amarga noticia" y sus condolencias. "Les llamé para pedirles perdón por
no haber conseguido devolverles a Emmanuel sano y salvo, y a pesar de su
dolor, me devolvieron gratitud y consuelo por haber hecho todo lo
posible por el niño", añade en el comunicado.
"Los éxitos son
siempre del equipo, al que reconozco y felicito por su titánico y
desinteresado trabajo con este niño, y los fracasos, si los hubo, son
sólo míos", señala el cirujano valenciano.
Explica que vio a
Emmanuel la tarde anterior para despedirse y quedar en Congo para verle
"en unos meses" y su estado "era excelente, jovial, más gordito, con
heridas cicatrizadas un mes tras la cirugía y en perfecto estado para
viajar, como tantos pacientes africanos antes que él".
"Un
momento de alegría por un trabajo honesto, bien hecho, y con final
feliz, otra vida reconducida", afirma Cavadas, quien indica que hubo
"multitud de posibles complicaciones" que él y su equipo evitaron y/o
trataron "con éxito, pero ésta no. Ésta no era predecible, no ahora".
Se
trata de un "desgraciadísimo accidente cuando ya no era probable
ninguna complicación y que ha truncado la vida del niño y la ilusión de
su familia y de mi equipo", confiesa.
Y agrega que les va a
"costar mucho" reponerse de un final "tan absurdamente trágico, cuando
todo apuntaba ya a un final feliz. Todas las muertes duelen, pero en
pacientes de la Fundación duelen mucho más".
"Presento
humildemente mis condolencias una vez más a la familia de Emmanuel y a
cuantas personas colaboraron desinteresadamente para regalarle una
segunda oportunidad en la vida", señala Cavadas, quien agradece a su
equipo "su extraordinaria labor y su entusiasmo desinteresado".
Por
último, agradece "públicamente el trato exquisito recibido por parte
del equipo de forenses de Málaga" y concluye: "A todos pido que me
disculpen si he cometido algún error que no soy capaz de identificar.
Descansa en paz, Emmanuel. Lo siento tanto".
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