Vicent Climent. EPDALa Comunidad Valenciana tiene dos fiestas laicas especialmente señaladas. La primera en el calendario es el 25 de abril. Ahora es el Día de Les Corts. Fue elegido porque en esa fecha los valencianos perdimos nuestros Fueros. Conmemoramos por tanto una derrota.
En cambio el 9 de octubre lo que hacemos es celebrar el autogobierno en sí, ya que ese día Jaume I entró en el Cap i Casal para acabar creando el Reino de Valencia. Seguro que encontrarán en estas páginas quien se lo explique mejor que yo. Pero quédense con la copla: conmemoramos derrotas y celebramos victorias, aunque a algunos quizá les pareciera mejor celebrar humillaciones y ni siquiera conmemorar triunfos. De todas formas, no nos engañemos, recuperar totalmente los Fueros es tanto como renunciar a la parte de modernidad que nos ha ofrecido todo lo que ha venido después, como por ejemplo, la Constitución actual.
No idealicemos en exceso la Edad Media. El caso es que estamos en el Nueve de nuevo. Un día en el que, desde la promulgación del Estatut d’Autonomia, lo que debemos hacer es revisar el estado de la Comunidad en la que rige, y buscar soluciones a lo que no funcione bien.
Y, un año más, los viejos problemas de relación de los valencianos con otras instituciones asoman inquietantes por debajo de todo lo demás. La pandemia no puede ser un eximente de la responsabilidad que los administradores del Estado -y sus representantes en este territorio- tienen en la irresolución de asuntos tan graves y tan agravantes como la infrafinanciación autonómica. Cualquier cosa que yo pueda decirles al respecto va a sonar a redundante, así que se las ahorro. Pero es que va a pasar lo mismo si les hablo del Corredor Mediterráneo, que tan corredor de fondo está siendo que va a llegar a la meta asfixiado.
Y exactamente igual si les recuerdo las amenazas al trasvase Tajo-Segura, que se van lenta pero inexorablemente cumpliendo. Y añadan a la lista la encallada recuperación del Derecho Civil valenciano, que es una de las partes rescatables de nuestro medievo. Es el Nueve, de nuevo. Pero sin que ya nadie amenace con crear un ‘problema valenciano’ ante tamañas muestras de falta de empatía. Ahora ‘el problema valenciano’ es sólo ‘problema de los valencianos’.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia