El Observatorio Justicia y Defensa Animal ha remitido esta mañana un escrito al SEPRONA de la Guardia Civil alertando de la posibilidad de que este domingo, en las fiestas de Sant Pere Nolasc de la localidad valenciana de El Puig, se vuelva a vulnerar la legislación vigente utilizando ratas vivas o muertas para lanzarlas al público y contra las paredes, en la denominada “batalla de ratas”. La utilización de animales vivos o muertos podría constituir un hecho delictivo perseguido penalmente, y que puede conllevar la condena de hasta un año de cárcel para los infractores.
La denominada “batalla de ratas” es una celebración que tiene lugar en El Puig y en la que pequeños roedores son encerrados en cucañas junto a golosinas y chucherías, o son directamente lanzados entre el público asistente. La fiesta consiste en que, una vez rota a palos la cucaña, los animales caen al suelo, donde son perseguidos y atrapados para ser lanzados una y otra vez contra el público, el suelo, las paredes o los balcones, propiciando no sólo un espectáculo grotesco sino de extrema violencia en el que, por mera diversión macabra, mueren, durante o para la ocasión, varios animales. El Observatorio Justicia y Defensa Animal, como parte de su labor, vela por el estricto cumplimiento de la legalidad en los festejos populares que siguen usando animales en nuestro país, para lo cual puso en marcha la campaña “Fiestas sí, pero sin animales”.
En el marco de esta campaña, y a raíz de nuestras anteriores denuncias, conseguimos que el Ayuntamiento no autorizara que se introdujeran roedores en las cucañas, y nos congratulamos de que esta misma semana el propio Consistorio de El Puig haya anunciado su compromiso de prohibir el uso de los roedores. No obstante, y dado que esta misma prohibición ya se había anunciado en la edición pasada y aun así se lanzaron animales desde el público, nuestra asociación de defensa legal de los animales ha solicitado al SEPRONA que vigile muy de cerca la celebración de la fiesta e identifique a cualquier persona que lance roedores al objeto de depurar las responsabilidades penales y/o administrativas a que diera lugar el lanzamiento de animales, resultando indiferente a la hora de determinar responsabilidades que se haya matado a los animales antes o durante la celebración de la “fiesta”.
A juicio del Observatorio, matar animales para lanzarlos, o que mueran mientras son lanzados, además de ser contrario al Ordenamiento Jurídico, supone un espectáculo innecesario de violencia hacia los animales que resulta inconcebible en pleno siglo XXI. Hay que recordar que, para mayor gravedad, los lanzamientos de ratas son presenciados por numerosos menores de edad, a los cuales hay que proteger especialmente frente a toda exaltación de la violencia, sea ejercida tanto hacia personas como hacia otros seres vivos.
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