Amparo Picó. EPDA El Palau de la Música ha sido durante muchos años un referente cultural de la ciudad de Valencia y el objetivo de este ayuntamiento, y del equipo rector, debe ser recuperarlo, pero para eso hace falta un buen plan, que, a día de hoy, no existe.
La gestión para redactar y adjudicar el proyecto de rehabilitación ha sido larga y poco eficaz.
Lo más lamentable de esta situación es la dejación de responsabilidades y falta de voluntad política de las delegaciones competentes del equipo de gobierno para poner en valor, con la dignidad que merece, este centro de prestigio internacional.Actualmente, el Palau, que es la casa de todos, está cerrado a cal y canto desde 2019 por el derrumbe de los techos de los dos auditorios principales, la sala Iturbi y la sala Maestro Rodrigo y, encima, hace apenas un mes, hemos tenido que presenciar incrédulos la caída de otro techo en la zona de venta de entradas.
Desconocemos a ciencia cierta cuándo se reabrirá el Palau, cuyos trabajos de rehabilitación podrían empezar en el primer semestre de 2022. Lo cierto, es que las obras duraran 18 meses, según la licitación, con lo que su finalización se prolongaría hasta 2023.
Es lamentable que quienes dirigen la ciudad no hayan estado a la altura para atajar lo antes posible la deriva del edificio. Lo que es evidente es el esfuerzo del personal de la entidad por trabajar en tan difíciles condiciones, tanto del personal técnico y administrativo, como de la Orquesta de Valencia y la Banda Sinfónica Municipal.
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