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El Palmar y El Perelló estallan contra la Generalitat y Joan Ribó: "Nos van a convertir en pueblos fantasma, hirviéndonos poco a poco"
El Periódico de Aquí entrevista a Federico Alberola, propietario del histórico Horno del Sol de El Perelló y Raúl Magraner, chef del restaurante Bon Aire de El Palmar
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PILAR TAMAYO - 26/10/2019
Federico Alberola. FOTO VICENTE RUPÉREZEl maestro Raúl Magraner, a la derecha.
El Consell del Botànic y el
Ayuntamiento de València han echado el ojo, y las zarpas, a la CV-500, conocida
como carretera de El Saler. El Palmar, El Perellonet, El Perelló, Les Palmeres
y el Mareny tiemblan. El proyecto de bulevar verde que enlace la Ciudad de las
Ciencias con el parque natural de la Albufera y el litoral sur, así como el
paso de cebra y un semáforo con pulsador en la autovía, “estrangulará aún más
nuestros pueblos, ya seriamente perjudicados económicamente hablando desde que
se activó el radar de tramo entre el Sidi Saler y El Perellonet”, advierten los
empresarios afectados.
Hemos hablado con Federico
Alberola, propietario del histórico Horno del Sol de El Perelló, y Raúl
Magraner, chef del restaurante Bon Aire de El Palmar, pedanía que ve peligrar 200 puestos de trabajo de la joya gastronómica de la ciudad de Valencia.
“Es insoportable. Nosotros
vivimos del turismo. No vendrá nadie a pasar el día y los dueños de los
apartamentos los acabarán vendiendo porque no es sostenible tardar más de 2
minutos en recorrer un kilómetro”. El Palmar, insisten, “se convertirá en un
pueblo fantasma”. Reclaman nuevos puentes de acceso a la pedanía que sustituyan
a los actuales, con un único vial de entrada y salida y muy deteriorados.
Denuncian que los están
“hirviendo poco a poco para que no saltemos, poniendo como excusa al parque
natural donde queda un palmo de agua, que huele mal, con más maleza que
árboles”. Y advierten: los planes de ambas administraciones, “que los llevan
bajo mano y con mucho descontrol, matarán a los 30 restaurantes de El Palmar y
los 50 comercios de El Perelló”.
¿El radar de tramo que limita
la velocidad a 60 kilómetros por hora ha dañado su actividad económica?
Federico Alberola (FA): Se
producen más problemas para volver que para llegar porque te encuentras con una
carretera que no te permite circular a una velocidad prudencial sino que
necesitas dos minutos por cada kilómetro, yendo bien la cosa. Si va mal,
hablamos de hora y media o dos horas, lo que es insoportable para una distancia
de 26 kilómetros.
La gente que tenga apartamentos
los mantendrá hasta que se canse y los venda. La gente vendrá de forma
esporádica.
Raúl Magraner (RM): Desde el Sidi
hasta llegar El Perelló es un saqueo para los bolsillos. Desplazarse un domingo
en coche ya es un problema de por sí porque no te puedes beber ni una copa de
vino así que la gente prefiere quedarse en Valencia o, como mucho, en Pinedo. A
ello hay que añadir que únicamente acceden ocho autobuses de la EMT
diariamente.
¿Como parte afectada, les han
explicado los proyectos?
FM: Nadie. ¿Cómo nos van a decir
que nos van a fastidiar? Se supone que quieren reducir aún más la velocidad
total, para cargarse la carretera Nazaret-Oliva. De aquí al parador de El Saler
tardo 50 minutos en verano para descargar pan y volver. No se puede aguantar. Y
esto pasa cualquier día de la semana de los meses de julio o agosto a las 7.15
de la mañana. Es una carretera que empezaron a destruirla con las rotondas, que
muchas hacen falta para acceder, pero si contamos las que hay, sobran. De
Cullera a Valencia, hablamos por lo menos de siete rotondas. No serían
criticables si tuvieran un tamaño adecuado pero esas mini rotondas son mini
tapones que taponan toda la vía.
RM: No. Actúan con medias
verdades. Hay un descontrol total porque las distintas administraciones
implicadas no están en contacto con el parque natural de la Albufera.
Suponemos, pero sólo suponemos, que se trata de un estrangulamiento mediante un
bulevar, semáforos, rotondas y una vía de madera para bicicletas. Esto último
no se puede entender porque a día de hoy ya
pueden circular por carreteras interiores de la Devesa y lo hacen con
menos riesgo.
Tememos también que, a la larga,
intenten también expropiar la entrada de El Palmar.
Lo que quieren es impedir que la
gente acceda al litoral y no entendemos por qué porque no hablamos de rebajar
la contaminación sino todo lo contrario, porque los atascos serán descomunales
y si hay un accidente, ¿cómo se evacua a una persona con un único vial de ida y
de vuelta? Un desatino total.
¿Qué pérdidas temen?
FA: Normalmente durante el fin de
semana se cuadriplica la venta en nuestro horno pero este año no hemos logrado
este objetivo porque la gente no viene. Te cuesta lo mismo ir a Denia que venir
a El Perelló.
No necesitamos una carretera para
carros con caballos. Será la muerte a cámara lenta. Nos van hirviendo poco a
poco para que no saltemos y como somos meninfots, pues la gente no acude
a quejarse a las manifestaciones. Todo el mundo tiene mucho trabajo y de esto
se aprovechan las autoridades. Estamos todos de acuerdo pero no nos ponemos de
acuerdo para hacer una marcha multitudinaria. El valor inmobiliario se va a
quedar en nada.
En El Perelló contamos con 50 ó
60 negocios, con restaurantes y bares incluidos, que viven del turismo. Si no
tenemos visitantes, no harían falta.
RM: Es un desastre si se ejecuta
así. El Palmar se convertirá en un pueblo fantasma. Están hablando de ejecutar
obras en propiedades privadas en nuestros accesos, donde hay terrenos con
tomates, lechugas… para autoconsumo. Lo que estos gobiernos tanto defienden en
la huerta de València, aquí lo quieren expropiar, para conectar toda la franja
con la Albufera desde Pinedo hasta el Mareny.
Sólo en El Palmar trabajamos 30
restaurantes.
Los trabajos ya han empezado
con un paso de cebra y un semáforo en la autovía, tras la caída de la pasarela
en la autovía de El Saler. ¿El accidente del camión que la derribó fue casual?
FA: A mí me da que pudo estar
provocado porque ya es casualidad que fuera un camión del Ayuntamiento de València,
con un contenedor pasado de altura. Esto no es normal porque todo el mundo
conoce la altura máxima. Fue el sistema para empezar la obra sin dar
explicaciones.
RM: Es posible. Quieren que
Valencia llegue sólo hasta El Saler y el resto será litoral hasta Cullera,
mediante un estrangulamiento. Lo llevan medio a escondidas. La velocidad será
de 30 kilómetros por hora.
¿Los visitantes vienen en
bicicleta?
FA: ¿Quién sale de su casa con
todo el apero que se necesita para ir a la playa y con la familia en bicicleta?
Tienes que venir con tu coche y necesitamos vías que nos permitan acceder.
Antes el parque natural no lo era y estaba muchísimo mejor conservado que
ahora. Desde que se produjo el primer incendio en la Devesa, en la curva donde se había
proyectado el hipódromo, no se repobló absolutamente nada. Hace 25 años que
está intentando repoblarse de forma natural y sólo hay maleza, como es normal.
Pero ya sabes que con estos gobiernos no hay que tocar nada. La maleza es la
maleza y los árboles son los árboles. Si se hubiera actuado, se habría
convertido en un vergel.
Para estar así, no quiero parque
natural porque en la Albufera hay zonas donde queda un palmo de agua y es un
charco que huele mal.
¿La entrada de El Palmar ya es
un tapón?
RM: No hay movilidad tampoco para
las máquinas de cosechar, que cada vez son más grandes y están obligadas a
moverse en contra dirección por dentro de El Palmar, que es un casco antiguo no
diseñado como una gran ciudad, únicamente con dos calles con curvas muy
cerradas. Hasta los autobuses circulan en contra dirección.
Necesitamos un desdoblamiento de
los puentes, que datan de 1939 y están medio cayéndose. Es un peligro que cada
día accedan buses escolares porque no están en condiciones.