El patito feo que vuelta muy alto

Eran muchas las ganas de verla y las expectativas apuntaban alto; al fin teníamos visita de una de las mejores artistas del pop mainstream actual.

Durante el rato de espera en la cola fue divertido observar cómo los fans homenajeaban a su ídolo luciendo pelucas, estilismo, accesorios y maquillajes Gaga. Imitaban sus poses, tarareaban los hits de la diva e incluso bailaban sus coreografías.

A destacar la pésima organización por parte de la empresa encargada del evento. La mala accesibilidad, las escasas y endebles vallas que separaban las filas de acceso al recinto (que fueron pisoteadas y retiradas por la masa enfervorizada) y el lento avance al abrir las puertas hicieron una espera tediosa, agobiante y hasta peligrosa en varios momentos (intervención policial y médica por desmayos y disturbios).

Una vez dentro nos encontramos en el escenario a una dj-performance pinchando música poco acorde con el ambiente y “animando” al personal… Sin comentarios.

Gran sorpresa los teloneros, unos neoyorquinos llamados 'Semipreacious weapons,' cuyo glam-rock gamberro y divertido caldeó muy bien el ambiente y consiguieron recibir ovaciones y aplausos. Música rockera, mallas rotas, tacones y pelos cardados. Tocaron poco, pero intensamente buenos.

Faltaba menos, treinta minutos para el comienzo. Los nervios iban en aumento, el ambiente ponía los pelos de punta… se sentía el entusiasmo y el ansia de la multitud por ver a la cantante. Y por fin se apagaron las luces, el griterío ensordeció y dio comienzo el show.

Gran producción la que acompaña a Lady Gaga en directo: decorados espléndidos (una ciudad con calles al estilo de barrio neoyorquino, bosque de fantasía), pasarela, elementos decorativos dignos de museo (coches, vagones de metro, fuente de agua con estatua echando llamaradas de fuego, piano ardiendo, monstruo enorme salido de película de ciencia ficción, etc.)

Un espectáculo dignísimo para la corta carrera que lleva la cantante. Personalmente reseño que aunque era una gran producción, no me pareció una propuesta original del todo, algunos elementos ya los vi en otros shows.

Destaco las proyecciones que pudimos contemplar en los ratos de cambios de escenario o looks de la diva, resaltando una en la cual Lady Gaga recibía una lluvia de vómitos multicolor, espléndida.

Lo mejor de todo es, desde luego, ella. La fuerza que tiene, el poder con el que sabe arengar a la masa, lo bien que interpreta su excéntrico personaje (sus discursos rebeldes y el sé tú mismo entusiasmaron), la voz con la que nos derritió en algunas canciones (destaco ‘’Speechless’’, la cual cantó con piano ardiendo)…ella es única, y lo sabe. Sus looks no dejaron indiferente a nadie, su rebelde actitud en escena provocaba, emocionaba y enloquecía a partes iguales. Su entrega demuestra por qué se ha convertido en Lady Gaga.

Pudimos disfrutar de casi todos sus hits; memorables fueron “Dance in the dark”, ”Poker face”,”Alejandro” y “Bad romance”. En algunos de ellos la masa comulgaba con la cantante en estados de locura y catarsis. Lady Gaga dejó buen sabor de boca durante las dos horas que duró su “Monster Ball Show”.

Es innegable que el tiempo acabará avalando la carrera de esta joven artista que ha sabido romper moldes y destacar en el panorama del pop actual. Tampoco podemos obviar que se ha convertido en un icono e ídolo de masas.

El patito feo vuela, y es genial.