Sergio Muniesa FrancoEsta semana pasada conocimos el contenido de la Sentencia del Procés. Las consecuencias en el sector independentista no se hicieron esperar y durante toda la semana vimos como los adalides del dialogo y la no violencia convertían Cataluña en una batalla campal.
Como el President Torra, lejos de condenar esa violencia, volvía a la carga con su proclamas creadas sobre una falsedad, anunciando de nuevo nuevas resoluciones sobre el derecho a la autodeterminación pese a las advertencias de los letrados del Parlament de su ilegalidad y la vigilancia del Tribunal Constitucional ante la posibilidad de una nueva desobediencia.
Si hay algo que queda claro con la sentencia es que nuestro Estado de Derecho funciona, y sirve para recordar por qué no se puede convocar un referéndum de autodeterminación ilegal. La sentencia no es un hecho aislado, es la consecuencia de quienes insistieron en el error, violentando el marco de convivencia que establece la Constitución, fruto y ejemplo de una historia colectiva de éxito entre todos los españoles. Habrá quien piense que la sentencia es corta o excesiva, pero la Justicia y sus Tribunales, se respetan, si realmente eres tolerante y crees en nuestro ordenamiento jurídico, pero acudir a la violencia como vía argumental de defensa de un derecho, retrata la forma de proceder de quien la utiliza y de quienes la consienten.
Queda claro que la independencia no es un derecho que tenga el Gobierno de Cataluña, ni los Puigdemones, Torras, Junqueras de turno…. que inciden en la proclama “indepe” y por eso hay que recordarles que no es una decisión que tengan ni ellos, ni una parte de la sociedad catalana, que no respeta a una mayoría que quiere seguir siendo española.
Este proceso independentista consiste en querer imponer a los demás y pretenden justificar que la única forma de que no haya conflicto es que aceptemos sin rechistar con lo que ellos quieren que pase.
Estos profetas del dialogo y la negociación han conducido a sus adeptos a la idea de que van a hacer de Cataluña una república independiente, y por ello hicieron un referéndum vinculante ilegal quebrando nuestro orden constitucional que, ahora, ha rectificado una sentencia condenatoria. Y es esa falacia, la que lejos de corregirse, se mantiene por los independentistas y que ha generado frustración porque les han prometido algo que no pueden cumplir. Pero lejos de rectificar, Torra dirigido desde Waterloo, y sus socios de Esquerra, nos acusan de no ser un estado democrático, engañando a la sociedad para la que, en teoría, trabajan.
Somos una democracia en la que no hay ataque alguno a la libertad de expresión, ahí andan diciendo lo que quieren, pero por el mismo motivo, nuestro ordenamiento jurídico no admite el derecho de autodeterminación por más que el rodillo independentista de ese Parlamento lo proclame, porque nuestra Carta Magna proclama que la unidad territorial es indisoluble y que la soberanía nacional reside en todos los españoles. ¡Vamos, que cualquier cambio lo hacemos entre todos y no solo una parte! ¡Habrá que seguir explicando todo esto!
Comparte la noticia
Categorías de la noticia