Cachap de Paterna. EPDALa repostería valenciana, con evidentes influencias árabes, se caracteriza por una amplia variedad de productos que pueden encontrarse durante todo el año en los escaparates de los hornos o pastelerías de cualquier pueblo o ciudad. La tradicional ‘coca de llanda’, los rollitos de anís, las ‘borratxetes’, la ‘coca de anous i panses’... son solo una pequeña muestra de esos dulces que no faltan en cualquier época y que, con la cercanía de las navidades, estarán acompañados por otros habituales como los polvorones, los pasteles de boniato o los imprescindibles turrones. Pero dentro de esta variedad, cada zona de la Comunitat Valenciana tiene sus dulces estrella. Algunos de ellos se han exportados a otros lugares, pero otros solo pueden adquirirse en los pueblos de origen o, incluso, en un único establecimiento, como es el caso de los Cachaps de Paterna.
La receta de este típico dulce paternero, legado de los árabes, es uno de los secretos mejor guardados por los propietarios de El Horno del Rosario, conocido como ‘La Casa del Cachap’. Se trata de una receta que está en manos de esta familia de pasteleros desde el año 1829, cuando abrió sus puertas este horno de la capital de l’Horta Nord. De generación en generación han ido elaborando el exclusivo dulce sobre unas finas capas de hojaldre rellenas de una crema cuyos ingredientes nadie más que ellos conocen. El Cachap suele estar presente en la mesa sobre todo a la hora del café y es uno de los habituales durante las celebraciones navideñas.
De Paterna a Puçol. Serán pocos los que podrán resistirse ante el conocido como Pastel Blanco o ‘Pastís de la novia’. Es un dulce totalmente cubierto de merengue sobre capas delgadas de bizcocho intercaladas con relleno de mazapán. Un bocado exquisito que se elabora en esta localidad de l’Horta Nord desde hace más de 100 años.
Cuenta la leyenda que este pastel puzolense presidía todas las bodas del municipio, y también otras celebraciones como bautizos y primeras comuniones. Se utilizaba para tener un detalle con esos amigos o familiares menos cercanos a los que no se podía invitar al banquete de la celebración pero se les agasajaba con un ‘Pastís de la novia’ para, de alguna manera, hacerles partícipes del evento. En la actualidad, el consumo de este pastel con sabor a almendra se ha generalizado y pueden encontrarse en los escaparates de los hornos o pastelería de esta localidad de l’Horta Nord en cualquier época del año, aunque “sobre todo se consume en el mes de mayo coincidiendo con la época de las comuniones”, cuenta Vanesa Gómez, propietaria de L’Antiga Tahona. Vanesa señala que la gente joven de la localidad ya no conoce la historia de este típico pastel y, aunque no tanto como antiguamente, se sigue consumiendo en algunas celebraciones familiares. El Pastel Blanco puede encontrarse en todos los hornos de la población.
La patrona de Moncada, Santa Bárbara, da su nombre a un pastel que aspira a convertirse con el tiempo en el más típico de la ciudad: la Barbereta. Productos de la zona como la naranja o la almedra constituyen la base de la receta de este nuevo producto de repostería que nació en 2017 a partir de la celebración de un concurso, a propuesta de los propios horneros, que buscaba dotar a la ciudad de un dulce autóctono. La receta presentada por la dueña del horno Quatre Cantons fue la seleccionada por el jurado del certamen, a la que se decidió bautizar con el nombre de Barbereta en honor a la patrona. “La base de este dulce, el sabor que más predomina, es el de la naranja y la almendra, aunque está compuesto por muchos otros productos de nuestra tierra”, explica Mariló Pomares. Este nuevo dulce ha tenido una “buena aceptación” y se consume durante todo el año, no solo con la celebración de la festividad de la patrona, el 4 de diciembre.
Otro producto estrella de la repostería valenciana es la ‘Coca Cristina’. Este popular dulce de almendra se elabora en muchos municipios de la provincia, pero su origen se sitúa en la comarca de l’Horta Nord. La autoría se la atribuyen en Foios, Meliana o Puçol. Aunque no queda claro el origen, lo que sí es constatable es la maestría que los horneros de la comarca tienen para dar un toque especial a este dulce de la zona en el que predomina el sabor a almendra mezclado con una ralladura de limón y con un horneado suave que consigue un resultado digno de los paladares más exigentes. En Godella, además, es habitual el consumo de una variante de la ‘Coca Cristina’. Algo más crujiente pero con un sabor y forma muy similar, los godellenses han hecho suya la denominada ‘Coca Fina’.
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