Juan Ramón Adsuara. EPDA Desde que comenzó este 2021, desde el municipalismo hemos estado en un arranca y para. Somos los primeros en ejecutar las medidas del COVID y, por tanto, los primeros en gestionar y ejecutar, frenando (pero nunca parando) otras iniciativas de futuro.
Hemos demostrado respecto al resto de organismos supramunicipales que son los ayuntamientos los que realmente están en primera línea, los que tenemos la obligación de ejecutar y atender a las personas. Comenzábamos 2021 con la experiencia de mancomunarnos 5 ayuntamientos en un perimetraje, con una ola de contagios descontrolada durante los meses de enero y febrero en la comarca de l’Horta Sud. Empezábamos el año perimetrando, desinfectando, actuando con todos los medios del ayuntamiento, dotando de EPIS a la ciudadanía, a los trabajadores y las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.
Tras meses de duro trabajo, llegaba la esperanza, parecía que podíamos arrancar y acabábamos esta pesadilla. Desde el ayuntamiento de Alfafar continuamos el año intentando volver a la normalidad, luchando para que los servicios no se resintieran y poniendo todos los medios a nuestro alcance. Impulsamos y tramitamos ayudas para comercios, para familias, para personas que estaban en ERTES y para todos los colectivos que se han visto afectados.
Ha sido un año en el que hemos luchado por la vuelta a la normalidad. Hemos implementado y trabajado en la creación de espacios, en una colaboración codo a codo con la comunidad sanitaria, para generar la infraestructura necesaria para crear puntos de vacunación que en un solo verano han realizado una tarea ejemplar. Y, así, parecía que el 2021 lo encarábamos a un despegue del municipalismo alentado por los futuros fondos Next Generation.
Sin embargo, nos ha venido un pequeño golpe, la ola que pasamos actualmente. Pero el municipalismo tiene ganas de trabajar, de hacer política, de mejorar los servicios, de invertir en acciones alineadas en los ODS. Seguimos trabajando para mejorar nuestras inversiones gracias a los fondos europeos.
Ha sido un año de doble de trabajo, pero esta doble labor de gestionar, con su perimetraje, sus olas y su vacunación, además de no parar de trabajar en la preparación del futuro para que podamos ejecutar en cuanto pase esta pandemia, da más sentido aún a la vocación política y a la vocación municipal.
Este año, lo que hemos hecho es lo que hemos venido a hacer: mejorar la vida de la ciudadanía y a estar a la altura y en primera línea cuando hay que estar respecto al COVID. Y, para 2022, seguiremos apostando por el municipalismo, por la puesta en valor de la política municipal y por seguir mejorando la vida de las personas.
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