Viñeta de Vicente García Nebot sobre el Congreso Federal del PSOE.El socialismo valenciano demostró el sábado por qué lleva desde 1995 en la oposición en las principales instituciones de la Comunitat Valenciana. Los socialistas valencianos fueron incapaces de apostar por Alfredo Pérez Rubalcaba o Carme Chacón en los tres congresillos provinciales que eligen a los delegados que representarán en en el congreso federal de Sevilla a la federación socialista valenciana. 17 años después, el PSPV sigue votando en clave de familias, algunas tan antiguas como las personas que les dan nombre: Joan Lerma para el lermismo, Ciprià Císcar para el ciscarismo o esa otra gran familia que es la FSP de UGT, que para algo es el sindicato hermano. Familias de toda la vida, pero también otras nuevas, que se incorporan a medida que surgen nuevos líderes, bien porque ganan congresos, bien porque reúnen apoyos de los dirigentes descontentos cuando pierden cónclaves o elecciones. Así, habría que añadir entre estos últimos a Jorge Alarte, Manuel Mata o Francesc Romeu. Incluso a Leire Pajín, muy reducida tras su caída como ministra.
Pensando en federal, pero también en el congreso regional, los ''referentes'' valencianos -eufemismo para disfrazar el mal endémico de las familias socialistas valencianas- optaron por dividir el voto en las tres provincias con resultado aproximado de 51 delegados a favor de la catalana Carme Chacón -y su visión de la España de las nacionalidades con una Cataluña preeminente y una Comunitat Valenciana a rebufo de los primos del Norte- y 36 a favor de Alfredo Pérez Rubalcaba. Esta es una lectura apriorística e interesada por parte de las familias y sus líderes, porque si algo han demostrado los congresos divididos del PSOE o del PSPV es que a la hora de votar puede suceder cualquier cosa. Hasta que llegue el día de la verdad, el caso es que el secretario general del PSPV, Jorge Alarte, ha logrado el 35% de los delegados en la provincia de Valencia y el 46'8% en la de Alicante. Aunque algunos medios lo dan como derrotado, la otra lectura que se puede hacer es que en poco tiempo -apenas dos años-, el secretario general del PSPV se ha hecho con buena parte del partido.
En Castellón, un incombustible Ximo Puig, mano derecha de Joan Lerma, ha logrado diez de los once delegados en juego, demostrando quién domina esta provincia. En Valencia, Alarte logró el 35% en solitario, frente al casi 22% de Francesc Romeu, lo que le da 9 delegados, pero un porcentaje muy pequeño para aspirar con garantías a ser el próximo secretario general del PSPV. Sin embargo, los lermistas lograron la mayoría al sumar a la FSP de la UGT -sección sindical que siempre ha jugado a política en la democracia-, a los seguidores de Manolo Mata -otro aspirante a secretario general- y los ciscaristas -antaño enemigos de los lermistas-. Este grupo antiAlarte logró la mayoría de los delegados para Chacón, con el 43% y 25 delegados, encabezados por el ex alcalde de Gandia, José Manuel Orengo. En Alicante, Alarte y sus dos referentes, Ángel Luna y Alejandro Soler logró 13 delegados, frente a los lermistas, que pactaron con Leire Pajín y consiguieron 15 delegados y el 50% de los votos. Pajín se resiste a abandonar la política pese a ser una de las peores políticas que ha dado la democracia en España.
Con estos datos, varias son las conclusiones. Primera. El PSPV vuelve a demostrar que es una federación bipolar en cuanto hay un congreso federal de vital importancia para el propio futuro del socialismo valenciano, como ya sucedió con el 35 Congreso Federal en el que la federación valenciana acudía dividida entre los partidarios de José Luis Rodríguez Zapatero y José Bono. En esta ocasión, una parte del PSPV saca la vena nacionalista y vuelve la mirada hacia el catalanismo. Segunda. Los socialistas valencianos siguen desangrándose en cuitas nominales sin entrar en reformular el proyecto que vienen ofreciendo a la sociedad valenciana y que los ha alejado de los ciudadanos pese a los casos de corrupción del PP. Tercero. El partido tiene dividido su liderazgo pero sigue siendo Jorge Alarte el mejor líder que ha tenido el socialismo valenciano desde que Lerma perdió las eleccione en 1995, mucho más sólido que su antecesor, Joan Ignasi Pla. El resto de aspirantes a la secretaría general, Francesc Romeu y Manolo Mata, apenas han logrado apoyos significativos que les permitan concurrir al congreso nacional -el regional en términos del PSPV- configurando un liderazgo fuerte y más atractivo a priori que el de Alarte.
Finalmente, puesto que todo lo que suceda a partir de ahora en el PSPV se va a analizar en clave de congreso nacional, a priori Alarte parte con ventaja sobre sus dos oponentes -Manuel Mata y Francesc Romeu-, aunque estará por ver si los lermistas presentan a su propio candidato o candidata. En cualquier caso, el próximo líder del socialismo valenciano volverá a ser fruto del pasteleo entre familias mientras la elección del mismo no esté abierta, no sólo a todos los militantes, sino a toda la sociedad valenciana.
(Elperiodicodeaqui.com tiene activa una encuesta en la que todavía se puede votar -en la columna de la derecha-, sobre el candidato ideal para liderar el PSPV. De momento, la encuesta arroja el siguiente resultado:
Resultados |
Jorge Alarte 12.7% Francesc Romeu 24.1% Manuel Mata 13.9% Otro 49.4% ) |
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