Manuel de la Huerga. FOTO EPDA El 30 de septiembre del 2005 un grupo de 50 diputados
del Partido Popular, liderados por Ignacio Astarloa, Incapaces de luchar contra
el sentido común presentaron un recurso de inconstitucionalidad de la ley de
matrimonio entre personas del mismo sexo ante el Tribunal Constitucional,
amparados en su interpretación dogmatica y discriminatoria del artículo 32 de
nuestra constitución que dice textualmente que: “El hombre y la mujer tienen
derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica.”
Valoro muy positivamente que el Tribunal
Constitucional bendiga la constitucionalidad de dicha ley avalando una vez más
que la Constitución de España no distingue, ni discrimina a los ciudadanos ya
que “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o
cualquier otra condición o circunstancia personal o social.” [Art.14 carta
magna]
Es un hecho significativo que este aval llegue después
de 7 años de aprobarse esta ly y más de 20 mil enlaces después. Fallo del
Tribunal Constitucional que demuestra el talante y la serenidad de la gran
mayoría de los ciudadanos que queremos hablar un lenguaje moderado, de
concordia y conciliación, sin directrices religiosas propias de la edad media
que día a día demuestran que no están a la altura de las necesidades y
problemas de los Españoles del siglo XXI.
Yo me pregunto: ¿Qué problema ve el PP en la Ley de
matrimonio homosexual? ¿Cuáles de sus derechos menoscaba? ¿Por qué están en
contra de que los ciudadanos y ciudadanas contraigan matrimonio en igualdad
jurídica tal y como dicta nuestra constitución? ¿Necesitan desviar la atención
con iniciativas como esta para ocultar su nefasto papel, en su momento como
oposición y ahora como gobierno?
CCD celebra que prevalezca la igualdad de todos los
españoles ante la ley, frente a las directrices de instituciones poco
democráticas. Y nos alegra ver que dicho fallo coincide con la ideología del
partido y con la carta de derechos fundamentales de la Unión Europea en la que:
“condenamos todo tipo de discriminación por razones de sexo, raza, color,
origen étnico o social, características genéticas, lengua, religión o creencia,
opiniones políticas o de cualquier otro tipo, pertenencia a una minoría
nacional, patrimonio, nacimiento, discapacidad, edad u orientación sexual.”
Los nietos políticos del franquismo podrán tener
presente que cualquier movimiento de esta ley en particular o de la ley de matrimonio
en general que menoscabe cualquiera de nuestros derechos tendrá una respuesta
transparente pero a la vez seria y contundente de todos los ciudadanos que
emprenderemos un procedimiento ágil y eficaz como el que hemos llevado a cabo
hasta ahora y que no daremos ¡NI UN PASO ATRÁS! En la defensa de nuestros
derechos ahora sí avalados, gracias a vosotros, definitivamente por la
Constitución y el Tribunal Constitucional.
Tengo la esperanza y la firme convicción de que este
fallo del TC es un paso más para la consecución de esa sociedad libre de tabúes,
sin directrices religiosas que sean impuestas a los ciudadanos.
Esto debe significar la antesala de un cambio
sustancial en la política del Partido Popular que deje de ofuscarse con leyes
como esta y se pongan a trabajar en resolver los verdaderos problemas del
conjunto de la sociedad: los casi 6 millones de parados, los más de medio
millón de hogares con todos sus miembros en el paro, el casi millón de jóvenes
en edad y disposición de estudiar y trabajar y que no pueden hacerlo.
Por último me gustaría dejarles bien claro al partido que
gobierna que en democracia se gobierna con el consentimiento de los gobernados
y que “el poder se tiene mientras se ejerce y su única legitimidad es la
entrega total al servicio de los demás.”
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