El Umbracle de la Ciudad de las Artes y las Ciencias acoge mañana viernes,
15 de febrero, una
observación
con telescopios para contemplar la Luna creciente y el asteroide 2012 DA 14 que,
alrededor de las 20 horas llegará a su máximo acercamiento a nuestro planeta.
Este fenómeno coincide con el 449 aniversario del nacimiento de Galileo
Galilei, uno de los más grandes científicos de la historia, que nació en Pisa el
15 de febrero de 1564.
Para celebrarlo, y a manera de homenaje, el Museo de las
Ciencias organiza esta observación astronómica en la que uno de los objetos que
se contemplará será nuestro satélite natural. Porque fue precisamente la visión
de la luna por parte de Galileo empleando un rudimentario telescopio de tres
aumentos que él mismo construyó, lo que provocó en él una verdadera conmoción:
La luna no era lisa y tenía montañas. Esto tenía más implicaciones de lo que
creemos porque en su época, según la visión aristotélica imperante, el Sol y la
luna eran cuerpos perfectos, sin manchas ni irregularidades.
Montañas y cráteres lunares
Emulando ese momento estelar de la ciencia ofreceremos
con los telescopios que nos facilita la Asociación Valenciana
de Astronomía una de las visiones más espectaculares de la superficie lunar: el
trío de cráteres formado por Teophilus, Cyrillus y Catharina, junto al Mare
Nectaris, una cuenca de 350
km de diámetro y 3.920 millones de años de antigüedad.
Además, admiraremos los alrededores del Mare Tranquilitatis (al sur de Mare
Nectaris donde alunizó el Apollo 11, en julio de 1969), Mare Serenitatis y Mare
Frigoris, surcados de grietas, rimas, cordilleras y multitud de cráteres de
tamaños y formas diversas
Un pequeño asteroide de 45 metros de diámetro
El otro gran objetivo de la observación será el asteriode
2012DA14 que pasará a menos de 30.000 km de la Tierra. Es un cuerpo de
apenas de 45 metros
diámetro, que fue descubierto en febrero del año pasado, y que alrededor de las
20.00 horas llegará a su máximo acercamiento a nuestro planeta. En ese instante
su brillo alcanzará la magnitud 7 u 8, suficiente como para observarlo con
prismáticos y telescopios de aficionado, aunque, dada su baja altura sobre el
horizonte, será muy difícil su observación desde nuestras latitudes.
El paso del asteroide 2012 DA 14 supone un hito en la historia de la
observación de estos objetos, ya que es la primera vez que un asteroide, de
cierto tamaño, descubierto con bastante tiempo de antelación pasa tan cerca de la Tierra, lo que permitirá a
equipos de astrónomos de todo el mundo estar preparados para estudiarlo,
extrayendo valiosos datos de su trayectoria y comportamiento.
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