Nieves Giménez, podóloga de Affidea Valencia./EPDAEl uso de sandalias, chanclas y otros tipos de calzado inadecuado puede tener consecuencias más allá de los pies. Así lo ha asegurado Nieves Giménez, podóloga de Affidea Valencia, quien ha resaltado que la elección
del calzado "no es sólo una cuestión de comodidad o estética, sino de salud".
"En verano, la falta de sujeción, la traspiración y la humedad, generan el entorno perfecto para el desarrollo de hongos, infecciones y lesiones crónicas", ha explicado la podóloga, quien ha insistido en que el calzado "sin soporte adecuado puede modificar
la forma en la que caminamos, alterar la distribución del peso y, a medio plazo, generar desequilibrios en otras partes del cuerpo como rodillas, caderas o columna".
En este sentido, Giménez ha puesto en foco en varios aspectos que debemos tener en cuenta. Por un lado, ha alertado sobre el uso prolongado de chanclas "muy extendido especialmente entre la población joven, ya que carecen de sujeción y amortiguación, lo que
puede derivar en problemas como fascitis plantar o talalgias".
Nieves Giménez ha recordado también la conveniencia de "utilizar calzado transpirable y de talla adecuada para evitar rozaduras, ampollas y deformidades", así como la necesidad "de secar bien los pies y los espacios entre los dedos, especialmente tras la ducha,
para prevenir infecciones por hongos".
Además, la podóloga de Affidea Valencia ha recordado que "hay que aplicar protección solar también en los pies, pues es una zona muy expuesta y a menudo, olvidada" y ha resaltado que "cortar las uñas de forma recta y limitar el uso de esmaltes permiten evitar
fragilidad o infecciones ungueales".
Nieves Giménez ha recordado, además, que "el uso de tacones altos sigue siendo una de las principales causas de patologías posturales en mujeres, ya que aumenta la presión en la zona metatarsal, desequilibra el eje corporal y puede provocar inestabilidad, caídas
o lesiones crónicas".
Por último, desde Affidea Valencia han recordado la importancia de realizar "una revisión podológica al menos una vez al año, ya que la salud también empieza por los pies. Detectar a tiempo una alteración estructural o un cambio en la pisada puede evitar problemas
futuros".
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