Vicente Cornelles Castelló /EPDA Huérfanos de una opción política seria y rigurosa, Som Castelló es la única alternativa. Conscientes del descontento general de la ciudadanía ante un gobierno municipal de izquierda radical, con un Compromís desatado y un Podemos bolchevique y una Begoña Carrasco del Partido Popular en la oposición, que no despierta confianza y menos aún credibilidad (los popularistas gobernaron durante 24 años y fueron incapaces de dar soluciones a los problemas reales de un Castellón del siglo XXI), la formación verde ciudad recoge las inquietudes, esperanzas y futuro de una tierra que ha vivido de los dictados arbitrarios de Madrid o de Valencia, y nunca de decisiones propias y con libertad.
Castellón no es PP, ni PSOE, ni nacionalista ni de izquierdas. Es liberal isabelino, herederos de esa tradición pactista, de diálogo y reflexión que supuso su victoria sobre los carlistas allá por el siglo XIX. Y de esas fuentes bebe Som Castelló, dispuesto a darle a la ciudad la necesaria vuelta como un calcetín. El voto útil ante los comicios del próximo 28 de mayo. Nadie logrará la mayoría deseada para gobernar la capital de la provincia y no nos podemos permitir que los tradicionales partidos, que tanto han defraudado al votante, sigan ejerciendo su influencia en los poderes públicos.
Sí, somos Castelló, que reclama con urgencia seguir siendo Castelló. Un Castelló que existe, pero lo están vaciando de contenido, o en última instancia llenándolo de argumentos mundanos y falaces. Pueblerinos, cortos de miras y sin respetar nuestras señas de identidad. Castellón fuerte, empoderado, diverso, igualitario, orgulloso, amable y divertido. La casa de todos en un término municipal lleno de historia, cultura, idiosincrasia popular y personalidad. Castellón como referente inmediato en la provincia, España, Europa y el mundo. Con aeropuerto propio, unas fiestas internacionales de la Magdalena, con un Glorioso Club Deportivo, con raíces medievales, con iglesias y conventos, con una fe inquebrantable en su porvenir y quimeras. Y que no pueden ser frenados por quienes están más pendientes de los teléfonos de fuera de Castellón que de los vecinos, que son los que votan. No es casualidad el nombre de Som. Somos. Somos Castellón. El voto útil.
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