La emigración se ha convertido en una solución a la crisis. Y es que muchos son los que deciden viajar al extranjero con el fin de buscar un empleo y una mejor vida. Así se desprende de los datos del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero facilitado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el que se observa que alrededor de 150 vecinos de l’Horta han abandonado la comarca para emigrar.
El fenómeno de la inmigración española se transforma en emigración y cada vez son más personas, como Damián de Moncada, las que traspasan las fronteras en busca de trabajo.
Hace pocos años el fenómeno de la inmigración se colaba en todos los debates sociales, ahora, los españoles son los emigrantes, cada vez en un número mayor. La falta de buenas oportunidades laborales en el país hace que la gente joven amplíe la mirada más allá de las fronteras. Miles de muestras jalonan el país, incluso en L’Horta Nord se encuentran ejemplos de trabajadores que han marchado a buscar suerte en otras tierras. Es el caso de Damián, de Moncada. Con apenas 29 años lleva varios meses empleado en Argelia, en el sector de la construcción. “Supe del trabajo por un familiar; él ya estaba allí empleado un año y me decidí, pues ya llevaba un año y medio sin trabajar de lo mío, aunque seguía trabajando en otro sector”, relata el joven a EPDA. Es encofrador, oficial de primera y hace poco más de un año que ha sido papá. A Damián eran muchos los lazos que le ligaban a su pueblo natal, Moncada, pero la falta de un futuro cierto lo movilizaron a irse. “Lo que más echo de menos es a mi familia y a mi amigos; jugar a la ‘play’ y al fútbol… pero no estoy mal allí”, relata Damián al referirse a sus compañeros de trabajo en Argelia.
Tres españoles
“Somos tres españoles, dos de Moncada y uno de Burjassot, y dos marroquís que llevan 20 años viviendo en Murcia. A mis compañeros de España los conozco de toda la vida y nos llevamos muy bien e intentamos facilitarnos la vida entre nosotros. Nos cuidamos”, reconoce. Vienen casi una semana cada 45 días, aunque “venir estas Navidades ha sido una grata excepción para nosotros”.
En Argelia trabajan para un empresario español que se rige por las normas europeas, al contrario que sus homónimas allí: “allí son lentos para trabajar. Si aquí en un año tienes hecha una finca allí tardan seis en terminarla. No tienen los avances que tenemos aquí, todo se hace a mano. No tienen formación para trabajar con más avances y hay muy poca seguridad en la construcción. En nuestra obra es diferente, se trabaja como en España”, dice.
Pero, no todo es trabajar en la vida. Damián y sus compañeros conviven con la población argelina como otros inmigrantes lo hicieran aquí con los vecinos de L’Horta. “Tienen una forma de vida diferente. Están empezando a desarrollarse como país, pero además hacen las cosas de distinta manera. Por ejemplo, queman la basura en la calle cuando hay bastante acumulada, muchísima gente vive en fincas a medio construir, de las que hay muchas… La comida, tal y como cocinan allí está buena, pero usan especias a las que no estamos acostumbrados y acaba sabiendo todo igual”, recuerda el joven moncadense. No obstante, la gastronomía no es un problema, “en cuanto a alimentos tienen de todo, como en España”.
Damián, como otros tantos españoles, ha encontrado una oportunidad laboral para seguir desarrollando su profesión fuera de su país. No viven mal y “creo que tendremos trabajo, al menos, para dos años”. Pero aún así, todos lo tienen claro: “en Espala se vive muy bien en comparación, aunque tengan las mismas cosas. Es mi opinión”.
A pesar de la ‘fuga’ de profesionales, todo apunta a que estos jóvenes, muchos de ellos padres de familias que se han quedado en España, volverán a su tierra en cuanto “la situación del empleo mejore en España”.
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