Con motivo del Día
Internacional de las Mujeres que se celebrará el próximo 8 de
marzo, me gustaría, de nuevo, volver a expresar, como educador, el
rechazo al anteproyecto de Ley Orgánica de Mejora de la Calidad
Educativa ( LOMCE), por sus contenidos de carácter sexista. Si la
futura ley se aprueba tal como se nos ha presentado en el tercer
borrador, el lento proceso de transformación hacia una educación
igualitaria entre los sexos, desde mi punto de vista, puede sufrir un
fuerte retroceso.
En el anteproyecto
desaparece la educación en valores democráticos, como eje
transversal del currículo educativo, y se sustituye por el “espíritu
emprendedor”, algo ajeno a la formación de personas para una
convivencia participativa, democrática e igualitaria.
Asimismo, en el
borrador de la ley desaparecen las asignaturas de ética
de 4º ESO y de Educación para la Ciudadanía y los Derechos
Humanos, con su específico tratamiento de la igualdad entre los
sexos; asignaturas cuyo contenido está recomendado por las
instituciones europeas y avalado por diversas sentencias del Tribunal
Supremo.
Estas medidas son el
resultado de una concepción retrógrada de la educación, que
impondrá el refuerzo del aprendizaje memorístico de contenidos e
impedirá un tratamiento adecuado al desarrollo de una educación
integral que prepare para el trabajo profesional y también para el
ejercicio de una ciudadanía democrática.
Al contrario de lo que
expresa la “ley Wert”, como educador, entiendo que una educación
diferenciada solo puede generar diferencia entre los sexos.
Las políticas de
austeridad y recortes que se están aplicando, con la excusa de salir
de la crisis, están suponiendo más desigualdad entre mujeres y
hombres, pues son ellas quienes sufren una peor situación en el
mercado laboral y, además, son ellas, principalmente, quienes
tendrán que resolver las insuficiencias de los recortes del Estado
de Bienestar.
Por todo ello, pienso,
que todos los trabajadores y trabajadoras de la enseñanza deberiamos
celebrar este 8 de marzo, plasmando en los centros educativos el
rechazo a todas las medidas que la “ley Wert” nos presenta y
participar en cuantas actividades se promuevan para defender una
enseñanza que luche por la igualdad entre los sexos, los derechos de
las mujeres y que rechace los recortes en los servicios públicos,
entre ellos los educativos.
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