Eduardo Ovejero. FOTO EPDA Tan
sólo quedan diez meses para las elecciones al Parlamento Europeo, y en breve
todas las organizaciones políticas pondrán en marcha sus maquinarias para
presentarse a ellas.
Los españoles
especialmente, percibimos, cada día más, que medidas que afectan a la organización del trabajo, a
los salarios o incluso a los mecanismos de protección social son adoptadas
fuera del Parlamento nacional. Pero como estamos absortos en otros problemas,
no le prestamos atención.
Está en ciernes la creación de una Federación de
Estados, no como un SUPERESTADO, sino una Federación democrática en la que se
comparta soberanía para que la ciudadanía pueda ejercer un mayor control. En
definitiva una futura Unión Europea más abierta y democrática. Ello reforzará
el papel de los partidos, evitando la actual desconexión entre las actuaciones
de los Parlamentos nacionales y el Europeo.
Ha sido necesario
introducir cambios en la organización del Parlamento Europeo para aumentar el
número de votantes en las elecciones europeas. Los votantes necesitan ver que
en las elecciones se elige de verdad entre personas, partidos e ideas, y que
allí se trabaja en cosas reales y
este mensaje tiene que llegar a la gente.
Si no
las elecciones pueden convertirse en el punching ball de
los descontentos.
La
ansiedad europeísta de unos chocará con el impulso primario de castigo, o peor,
la indiferencia, de los otros.
Es posible que losciudadanos europeosse
vean más animados a participar en estas Elecciones, si las diferentes alianzas
políticas pueden presentar un/a candidato/a al puesto de Presidente de la
Comisión Europea basándose en un Programa conjunto.
Si todo transcurre así, los partidos políticos
europeos van a enfrentarse entre ellos de verdad por primera vez, con
candidatos al puesto de Presidente de la Comisión Europea y programas políticos
que abordan cuestiones reales.
Si
los partidos no hacen un esfuerzo hercúleo de movilización, podría darse una
abstención demoledora por debajo del 40%. Lo cual sería fatal para la
legitimidad de la Eurocámara saliente, y dejaría el proyecto federalista a los
pies de nacionalistas y demagogos. Además es previsible una caída en picado de
los dos partidos principales, pero según los pronósticos afectaría más a
socialistas que a conservadores.
Por lo tanto, los
partidos políticos españoles, encuadrados en los grandes partidos europeos, deberán
a la vuelta del verano empezar a mover pieza y presentar a sus candidatos y en
algún caso, a sus coaliciones de partidos.
El PSOE, debería ver en esas Elecciones de
mayo de 2014 una doble oportunidad: su recuperación frente al PP y la
recuperación del socialismo europeo y español. Pero emprenderán ese maratón
electoral bajo una mayor presión, mucho mayor que los conservadores,
soberanistas o verdes, por su pecado histórico de no evitar a tiempo la crisis.
Y el
PP, deberá elegir a sus candidatos, pensando en la necesidad de un PPE fuerte,
y que mejor para ello que nominar a quienes mejor nos representen y sean especialistas
en su cometido.
Por
nuestra importancia, al PP valenciano, nos deben corresponder en puestos de
salida al menos DOS candidatos, y
deberíamos conseguir que fueran uno perfecto conocedor del mundo agrario,
nuestro importantísimo sector agro-alimentario así lo demanda, y el otro un
perfecto conocedor de la Legislación comunitaria, para defender con la razón pero
sobre todo con las Leyes los derechos de los valencianos, frente a los ataques
indiscriminados en especial de los
socialistas hacia nuestra Comunitat en Europa.
De
ser así, estoy seguro que en nuestra región, la participación superaría con
creces la media nacional, siempre que no pensaran en el resto de Comunidades
seguir la misma estrategia de colocar a los mejores de sus colectivos más
representativos. ¡Ojalá, también lo hicieran!
Esta
estrategia evitaría un absentismo electoral y un frenazo a nuestras infinitas
posibilidades de progreso, la de todos los valencianos.
.
Espero
que estas líneas ayuden a reflexionar a quienes corresponde.
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