Héctor González. /EPDA
Todo empieza a cambiar. Queda ya menos de un año para las elecciones municipales que tendrán lugar el último domingo de mayo de 2023. En ellas se focaliza ya, sin tapujos ni disimulos, el objetivo de los diferentes partidos. El alcalde, Joan Ribó, ha anunciado públicamente que vuelve a retrasar su decisión de si optará de nuevo al cargo. O, como mínimo, a hacerla pública. No la comunicará hasta pasado el verano. Una semana antes de anunciar esa dilación había afirmado que lo proclamaría “antes o después del verano”. Ahora ya sabemos que será una vez pase el estío. Salvo sorpresa.
Su decisión no resulta baladí. Influye tanto en su coalición, Compromís, que tiene en Ribó su gran baza electoral y que de no presentarse debería de apresurarse a buscar un candidato que le ofrezca la posibilidad de repetir la victoria electoral de 2019, como en el resto de partidos. El mayoritario en la oposición, el PP, ya se ha lanzado a la campaña con un acto en el emblemático Jardín del Turia, como ha declarado su aspirante a alcaldesa, María José Catalá. Y no es lo mismo enfocarla contra Ribó, con sus virtudes y defectos, que hacerlo contra otro contendiente. La estrategia varía.
También supondría una metamorfosis táctica importante para el PSPV de Sandra Gómez, acomodado en su papel de socio comparsa, aunque necesario, de Compromís. Con Ribó centra su aspiración en continuar formando parte del gobierno; sin Ribó podría, con ambición y acierto, optar a adelantar a la coalición compromisaria en las elecciones o, por el contrario, verse condenado dentro de un año a la oposición si Catalá alcanza la alcaldía.
Mientras, Vox sigue manteniendo la incógnita de si se limita a ir a rebufo del tirón efervescente de su marca, que por sí misma le podría permitir -según ese dictamen teórico que suponen las encuestas- triplicar sus actuales dos ediles, o si lo lidera un candidato que tenga gancho por si mismo. Por su lado, Fernando Giner, el portavoz de Ciudadanos, también deberá decidir si se presenta de nuevo, con las dudas de si su partido desaparecerá del Consistorio o logrará dos concejales que puedan ser decisivos.
Aunque hay mucha vida más allá de las cinco formaciones con presencia en el pleno municipal. Como ejemplo, la intensa actividad de Idea CV, el partido que preside el periodista y empresario Pere Valenciano. Escucha las propuestas de los barrios, se integra en ellos visitando mercados y otros recintos y reparte publicaciones que plantean mejoras específicas para cada zona diferente de la ciudad. En otra línea, emergen dos coaliciones de partidos: Unió-n, que agrupa a cinco, y Valencia Unida per lo Nostre, que suma a dos fuerzas de reciente creación. El tiempo dirá si confluyen esas dos coaliciones en una.
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