Imagen de algunas hierbas curativas. FOTO: EPDA.
El siglo XX estuvo marcado por la
industrialización y la supremacia de la química. La importancia de las plantas
como remedios curativos comenzó a perderse, y con el progreso y el éxito de las
ciencias naturales las sustancias de muchas plantas medicinales fueron aisladas
para ser sintetizadas en su forma pura. En un paso posterior fueron modificadas
las estructuras de las sustancias extraídas de las plantas, para lograr
medicinas más efectivas o más asimilables. El caso más conocido es el ácido
acetilsalicílico que alcanzó su éxito como Aspirina y que
aún hoy en día mantiene su posición. La sustancia elaborada químicamente
desplazó de su lugar a la corteza de sauce con sus sustancias y componentes.
Sin
embargo la desnaturalización de las sustancias activas, ignora muchos otros
efectos positivos que el conocimiento milenario sobre el poder curativo de las
plantas ha intentado transmitir hasta nuestros días. Muchas voces nos animan en
la actualidad a regresar a la naturaleza, en el sentido de un regreso a la
medicina alternativa que ayuda a sanar sin ser perjudicial y también a
recuperar la relación con la naturaleza de la que formamos parte.
En general las plantas
medicinales no son utilizadas para enfermedades graves o agudas, sino más bien
para mantener sano el cuerpo, también como prevención para malestares ligeros,
o como terapia suplementaria para aliviar los síntomas. Sin
embargo es indiscutible la fuerza sanadora de las plantas medicinales, la que
viene actuando desde hace milenios formando parte de un conocimiento ancestral.
Pues incluso cuando aún hoy día los principios activos no han podido ser
demostrados en todo su amplío espectro con los métodos científicos actuales,
éstos actúan y ayudan. La naturaleza está llena de vida, por lo que es
recomendable dirigirnos a las plantas como seres vivos cuyas fuerzas
informativas pueden dar impulsos para que el cuerpo humano pueva volver a tener
un equilibrio armonioso.
Y sí está en nuestro ánimo salir al campo y tomar algunas
hierbas de la naturaleza, deberíamos en primer lugar pedirles sus dones
agredecidos por el regalo que nos hacen. En el libro «Reconócete y cúrate a
través de la fuerza del Espíritu» que nos ha sido dado por el Espíritu de Dios a
través de la profeta de la actualidad Gabriele, está escrito lo siguiente sobre
las plantas medicinales: «Trátalas bien y reconoce que contienen fuerzas
etéreas muy valiosas. Cuanto más te orientes a las fuerzas etéreas tanto más se
activarán estas en las hierbas y formas de vida».
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