Eduardo San José Requejo /EPDA La economía, estúpido» (the economy, stupid), fue una frase muy utilizada en la política estadounidense durante la campaña electoral de Bill Clinton en 1992 contra George H. W. Bush (padre), que lo llevó a convertirse en presidente de los Estados Unidos. Luego la frase se popularizó como "Es la economía, estúpido".
Si tuviera que definir de alguna manera el vuelco electoral que pronosticamos en la encuesta que se publica hoy, no dudaría en definir la situación económica como uno de los motores responsables de ese vuelco electoral. Sin embargo, sin duda hay más factores.
Desde las elecciones de la Comunidad de Madrid, con la victoria del PP, todas las oleadas que hemos hecho en Valencia han marcado una tendencia clara al cambio de color político en el Ayuntamiento. Tendencia que se invirtió abruptamente con la crisis nacional en el PP, ver encuesta publicada en Marzo.
El Congreso del PP del pasado fin de semana parece que ha traído cierta tranquilidad, pero lo importante fue antes. El final de lo que denominé en otro artículo como“suflé mediático” y la perspectiva de solución a las tensiones internas del PP acabó de raíz con la atención mediática sobre el PP dándole la tranquilidad suficiente para la transición escenificada en Sevilla.
Otro factor a tener muy en cuenta es que el actual alcalde ya lleva dos legislaturas y que además transmite, conscientemente o no, su escaso interés por continuar al frente de la candidatura de Compromís. Añadir que la otra candidata plausible como cabeza de lista, Mónica Oltra, parece que tiene ciertos problemillas judiciales. Resumiendo: el partido que transmite problemas ahora es Compromís y no el PP en Valencia.
Los datos de la encuesta de Abril indican que la suma de PP-VOX darían mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Valencia, 18 sobre 33 concejales. Siendo la única y posible opción real de formar gobierno. Sin duda la evolución de aquí a Mayo de 2023 va a depender de la evolución muchos factores, entre otros los mencionados en este artículo.
La economía, por otra parte, no distingue ideológicamente a quién aplicar sus efectos perversos. Inflación, coste de la energía, el combustible y los alimentos, entre otros muchos, nos afectan a todos, votemos a quién votemos. Bien es cierto que cada ideología cree poder solucionarlo con modelos económicos antagónicos. Probablemente, al votante ahora mismo le preocupe menos esa ideología que el perfil de los gestores públicos de sus impuestos y dado que ya conocen por dos legislaturas a los actuales gobernantes del Ayuntamiento de Valencia, consideren que quizá sea el momento de cambiar de gestores, a los anteriores ya los conocen y a los nuevos siempre se les otorga el beneficio de la duda.
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