Candidato de Ciudadanos a la Alcaldía de Castelló, Eduardo del Pozo Querol. /EPDA
La forma de gobernar define al que gobierna y no conocemos otras formas de gobernar que no sean las del PP y el PSOE. Cuando la corrupción flota o zozobramos la salvación la buscamos en el otro y resulta ser siempre más de lo mismo. Ambos han hinchado el sector público hasta límites insostenibles y la tela de araña de sus chiringuitos supone la nómina de una multinacional.
Al tinglado montado le llamamos estado de bienestar, que se paga con un sistema impositivo casi confiscatorio para unos y con un endeudamiento público que supone el 115% del PIB. La deuda pública para el 2023 tiene presupuestado el pago de 31.275 millones de euros de los que 3.522 millones son intereses. Está burbuja económica está supeditada a una prima de riesgo que mide la confianza en el país. Para que no se pinche la burbuja, el Estado deberá emitir en 2023 deuda por 256.850 millones de euros, un 10% más que en 2022. La presión fiscal en 2022 superó el 42% del PIB.
Desde esta perspectiva es evidente que estamos hipotecando el futuro para mantener el presente.
La situación solo se puede revertir teniendo en cuenta dos factores, reactivación económica y tiempo. El motor del país está gripado, hay que engrasarlo y darle oxígeno a los autónomos y PYMES. Es necesario pensar menos en la imposición y más en la implantación empresarial. El objetivo a conseguir es que sea más atractivo ser autónomo que funcionario. Si lo conseguimos ganaremos el futuro. Hay que premiar al que asume el riesgo personal de generar actividad económica, el trabajo hace crecer el consumo y revierte en el sector público y en los servicios.
No podemos seguir penalizando a la familia trabajadora, además de quedarse siempre a las puertas de las ayudas, la inflación y los impuestos la está ahogando. Penalizar a los sostenes económicos es un error mayúsculo del PP y el PSOE. No olvidemos que los índices de natalidad son alarmantes y el relevo generacional en algunos sectores es inexistente.
Las pensiones y el futuro dependen de la reversión económica. A nivel municipal y como candidato a la alcaldía, considero que la función del alcalde, no debe limitarse a administrar el gasto público, eso se le presupone. Tiene que tener como premisa reactivar la economía y para ello tiene alcance el sistema impositivo, las ayudas y un suelo público por gestionar. Hay que ofrecer todas las posibilidades y ventajas que tiene la implantación empresarial en nuestra ciudad. Mi objetivo es poner a Castellón en el mapa, tener más empleo, calidad de vida y mejores servicios.
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