Héctor González. Comienza
en serio el mandato municipal. Transcurrido el primer año y un
trimestre de tanteo y de intenso aprendizaje para bastantes de los
concejales, empieza la etapa de plena gestión. Ahora se inicia el
periodo en el que se fraguan pactos entre socios potenciales
distanciados o que se resquebrajan algunos de los sellados para
configurar apresurados equipos de gobierno en junio de 2015. También
empieza la sesión de las mociones de censura. Entre septiembre de
2016 y junio de 2018. Más allá de ese mes, y con las próximas
elecciones municipales en mayo de 2019, apenas tendrían tiempo los
nuevos alcaldes para diferenciarse de sus antecesores.
El
enemigo común, el sempiterno primer edil del PP en muchos casos,
todavía sigue pesando. Contemplar su rostro en plenos como los de
Massamagrell, Moncada, Museros o incluso Catarroja o Sedaví,
acrecienta la unión de sus rivales y suaviza discrepancias. Todavía
ha transcurrido poco tiempo para restañar las heridas de tantas
sesiones plenarias durante lustros.
No
obstante, con dos años y medio por delante existe margen suficiente
para que los arañazos entre los actuales socios de gobierno en
Xirivella, Sedaví, Albalat dels Sorells, o incluso los recién
coalicionados de Paterna, hieran más que el recuerdo de anteriores
batallas políticas. Tanto que acaben conduciendo a una ruptura, e
incluso en algunos casos a la moción de censura aludida en el primer
párrafo.
Complicados
equilibrios realiza el alcalde de Silla, Vicente Zaragozà, para
liderar un gobierno mestizo con hasta cuatro maneras de entender la
política local representadas por otros tantos partidos. No tan
complejo, aunque sí difícil, resulta a Sergi Ruiz pilotar el
tripartito en Foios. Coyuntura distinta la de los primeros ediles
socialistas de Alaquàs y Aldaia, con sus cómodas minorías que, con
algún aliado, pronto se pueden convertir en más que holgadas
mayorías. Circunstancia similar, aunque en este caso por parte del
PP (hecho excepcional en la comarca), la representa Alfafar, con Juan
Ramón Adsuara asentado en su confortable minoría de 10 sobre 21.
Incontestable en el gobierno. Salvo que el edil de Ciudadanos, José
Antonio Milla, decida cuestionarlo.
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