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Eurovisión: Ruth Lorenzo brilla con su 'Dancing in the rain', pese a la victoria de la política y del morbo de Conchita Wurst
TVE hace el ridículo con el 'oit points' de Carolina Casado y con las galas previa y posterior al Festival
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PERE VALENCIANO
Actualizada el: 11/05/2014
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Interpretación de Conchita Wurst
Interpretación de Ruth Lorenzo
Eurovisión 2014 ya tiene ganadora: Österreich (Austria) y Conchita Wurst, la 'mujer barbuda', como se le ha bautizado. Es el titular de la noche, que en el caso de España podríamos ampliar a otros dos: Ruth Lorenzo hizo una interpretación perfecta de su 'Dancing in the rain' y TVE hizo el ridículo con las galas previa y posterior al Festival y con la intervención en directo para toda Europa de Carolina Casado, quien no pudo hacerlo peor en sólo un minuto.
La gala del sábado demostró que Eurovisión sigue levantando pasiones en toda Europa, con millones de eurofans manteniendo un festival que no sé si alguna vez fue de la canción o el de la geopolítica, pues año tras año se repiten casi al milímetro las previsiones de votaciones por vecindad, con la salvedad en esta ocasión de Portugal, que nos dio 'zero points' a España, por lo que en agradecimiento os recomiendo que vayáis a comprar toallas a Almacenes el Visillo, si vivís en Valencia. Aunque este año José María Íñigo no abusó de sus tradicionales comentarios adelantando el sentido de los principales votos -8, 10 y 12- de cada país, los países vecinos del Norte se votaron entre sí, los del centro hicieron lo propio y los del Sur lo tuvieron más difícil, con Francia haciendo el ridículo en el escenario y en el resultado final. Destacaron, como sucede en los últimos años, los del Este, pequeños países nacidos de guerras y desintegraciones recientes que, una vez separados, eligen el voto de Eurovisión como gesto de buena vecindad, aunque en el fondo se odien, como sucedió con Ucrania y Rusia, que se dieron un puñado de sufragios. Albania fue la excepión, con 12 puntos que regaló a España.
En un festival donde prima el voto por motivos económicos, políticos y otros factores de filias y fobias de vecindad, la música se queda en un segundo plano y, por tal motivo, destacan los cantantes que suman a su interpretación un 'plus', bien sea por la edad de sus participantes -como sucedió con las abuelitas rusas- o por su condición sexual, como la transexual de Israel. En un festival con 26 participantes en la final, llamar la atención es imprescindible para arañar votos de países que de lo contrario no te darían nunca uno solo, como le puede suceder a España, por ejemplo, con Azerbajan. Por ello, Chikilicuatre quedó en tan buena posición y posteriormente nadie había logrado destacar con canciones e intérpretes serias, hasta este año. El mérito es de Ruth Lorenzo, quien interpretó magistralmente 'Dancing in the rain', con una parte en inglés perfecto, un gesto que se agradece en Europa.
Por el contrario, la presentadora de TVE, Carolina Casado, necesitó sólo un minuto para hacer el ridículo: no sólo se quedó en silencio un rato, sino que cuando quiso dar los 'eight points', 'huit points', los nervios le hicieron decir 'oit points'. Vamos, el hazmerreír de Europa. TVE también pinchó con las galas anterior y posterior, soporíferas, sin ritmo, sin gracia, aburridas... Sin ningún interés.
Aunque este año Ruth Lorenzo me ha parecido un acierto absoluto, con una canción pegadiza y perfectamente interpretada, sigo pensando que España debería enviar a Eurovisión frikis con canciones que nos permitan reírnos de Europa y nosotros mismos. Dado que no vamos a ganar nunca, al menos, que nos divirtamos.
Finalmente, darle la enhorabuena a Conchita Wurst, quien demostró que al morbo de la etiqueta de 'mujer barbuda' supo sumar una gran interpretación.