Edu Grau El pasado día 12 de mayo asistía a un acto en el Ateneo Mercantil de Valencia, y hablando con compañeros de partido y con periodistas de varios medios de la Comunitat sobre las elecciones municipales caímos en una cosa. Justo faltaba un año para que comenzara la campaña electoral.
Mirando atrás todo lo que ha ocurrido en esta legislatura, el municipalismo vuelve a ser la administración más perjudicada, sea cual sea la situación o crisis que suceda. En esta legislatura hemos tirado de riñón hasta más no poder, hemos estirado los recursos económicos y humanos al máximo, para poder sacar todos los proyectos, inversiones, pero también políticas sociales y humanas que nos hemos planteado. Y lo hemos conseguido.
Esta legislatura se podría decir que ha sido la de la rebelión, o por lo menos su inicio, de los alcaldes y alcaldesas que han decidido plantarse y reclamar que somos la administración más cercana a la ciudadanía, y que nos ahogamos entre procedimientos, subvenciones que tenemos que gestionar y que son insuficientes, y una clamorosa falta de personal, mientras a otras administraciones les sobra por exceso. Creímos que los fondos europeos llegarían de una forma fácil y rápida, y nos volvimos a equivocar, volviendo a perdernos entre la complicada burocracia de la Generalitat y el Gobierno de la Nación.
Y una vez más, los jóvenes somos el sector poblacional más perjudicado por las crisis. España continúa liderando el paro de toda la Unión Europea en jóvenes, y la Comunitat Valenciana está entre las primeras en el panorama nacional. Seguimos sin planes de empleo estables, competencia por cierto autonómica, mientras que las quejas las recibimos los ayuntamientos. El voluntariado en horas bajas, por la falta de incentivos, los jóvenes viviendo con sus padres por lo imposible que es acceder a una vivienda, los estudios superiores cada vez más caros y menos competitivos en un ambiente europeo que no da segundas oportunidades. No hay empleo y el emprendimiento es un camino lleno de piedras y trabas. Esta es nuestra situación.
Más que una opinión, hoy expreso aquí un deseo. Un deseo que siempre he mantenido. Es el momento de apostar por los jóvenes y por el municipalismo. Por personas que traten con personas, que tengan experiencia, frescura, juventud y nuevas ideas. Estamos ante una de las mayores crisis de nuestra historia reciente, por no decir la mayor. Es hora de apostar por la innovación, porque si queremos resultados diferentes, necesitamos cambiar estrategias y apostar por aquello que ha funcionado, que sigue funcionando y que nunca dejará de funcionar, el trato con las personas.
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