Proyecto de estabilización del litoral en La Llosa y Almenara. EPDA
Los espigones no son una solución ante el problema de la erosión en el litoral. Esa es la conclusión a la que han llegado expertos en la materia y también asociaciones ecologistas, que observan con temor cómo la playa y la arena van retrocediendo día tras día sin que se imponga un remedio eficaz a largo plazo.
Josep Pardo, doctor en Geografía Física y catedrático en la Universitat Politècnica de València, opina que si no se respeta el flujo natural de los sedimentos de norte a sur de la costa los problemas serán continuos, como viene ocurriendo hasta ahora con la construcción sucesiva de escolleras en Nules, Moncofa... y ahora Almenara y La Llosa.
Con respecto a las movilizaciones ciudadanas y la declaración institucional del Ayuntamiento de Sagunt, Pardo considera que se pueden emprender acciones a nivel local, pero hace falta ir más allá, subir un peldaño y exigir soluciones a la Generalitat, porque el problema trasciende el marco de un municipio. “Hemos de considerar no sólo el impacto mediambiental, sino también el turístico, el social y el económico. No es poca la gente de la zona que se verá afectada”, asegura.
Pero las playas del norte de Sagunt no son las únicas que sufren la problemática del aumento de grava en detrimento de la arena. Las costas catalanas están llenas de casos donde ha ocurrido lo mismo y los espigones no han supuesto ningún avance definitivo. No hace falta irse tan lejos. En el caso de nuestro territorio, Pardo afirma que el sistema sedimentario costero de la Comunitat Valenciana “está en crisis”. Es una cuestión estructural. Es llamativo el ejemplo del norte del golfo de València. En Puçol o Alboraia ha habido un retroceso considerable. “Playas que antes eran acumulativas ahora ya no lo son”, apunta Pardo con preocupación.
El catedrático cree que una posible vía es la aportación artificial de sedimentos. “No veo otras soluciones mucho más viables”. Cualquier acción requiere de un presupuesto considerable. Pero en un futuro, si esto no se arregla,“tendremos una significativa pérdida de calidad en la arena y en las playas en general”. Son necesarias medidas “realistas, que no se tomen de cualquier manera”, a su modo de ver.
Los ecologistas también tienen una visión a largo plazo. Jorge Mateos, presidente de la asociación Acció Ecologista Agró, cree que este tipo de proyectos “no tienen estrategia” y, además, llevan intrínseco un impacto negativo en el medio ambiente. Por otro lado, Mateos pone de relieve que existen otros problemas graves en las costas que suelen dejarse de lado, como el aumento del nivel en los próximos años a consecuencia del cambio climático. “Hasta un metro más alto hasta finales de siglo. Esto puede provocar inundaciones que afecten sobre todo a la zona del golfo de València, que es muy plana”, explica.
Como por el momento el proyecto de estabilización del litoral en la Llosa y Almenara sigue en marcha y los espigones se construirán conforme estaba previsto, los vecinos hacen lo que pueden para paliar en la medida de lo posible sus consecuencias inmediatas. Para ello, cuentan con un aliado. “Las dunas, además de ser un maravilloso oasis de biodiversidad entre la tierra y el mar, son la principal protección natural que tienen las playas contra la erosión litoral”, aseguran desde Acció Ecologista Agró. Es por eso que ‘La Colla Verda’ de Sagunt trabajará en las playas de la zona en otoño para preservar este patrimonio.
El proyecto de voluntariado ‘La Colla Verda’ cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Sagunt y ha convocado tres plantaciones en la orilla del mar con la colaboración del Centro para la Investigación y Experimentación Forestal (CIEF) de la Generalitat Valenciana. El grupo pretende así “aumentar la biodiversidad y cantidad de vegetación dunar, como ya hemos hecho en otros lugares del litoral de Sagunt. Por ejemplo, en la vertiente sur de la Gola de Quartell o en la playa del Pantalán del Port”.
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