Estos días han proliferado diferentes artículos sobre nuestras Fallas, los temas más destacados son si estamos preparados para recibir tantos turistas, la suciedad que ocasionan las verbenas, el botellón y las conductas incívicas derivadas, pero nadie se ha preguntado si tenemos los recursos suficientes para atender a tanta gente. Por eso hoy quiero lanzar la siguiente pregunta. (Sin olvidar que estamos en alerta terrorista a nivel 4 sobre 5)
¿Estamos preparados?
En Valencia realizamos un acto pirotécnico diario (en ocasiones hasta dos), estos actos pueden congregar probablemente más de 60.000 asistentes diarios, en periodo de tiempo de 40 minutos.
Cada vez más me asombra más el dispositivo que se despliega para atender estos actos, compuesto por dos círculos de seguridad, uno externo y otro interno, el externo protagonizado por efectivos del Cuerpo Nacional de Policía, mayoritariamente componentes de la UIP y el interno, compuesto en su gran mayoría por voluntariado de Protección Civil, Cruz Roja y miembros del Cuerpo de Bomberos y Policía Local. Entre medias de los asistentes podemos encontrar diferentes unidades médicas de Cruz Roja.
Aquí mi asombro, el puesto de mando y el grueso del equipo médico se encuentra en la zona 0 de lo que podría ser una avalancha de gente si surgiera un incidente, protegidos por un simple vallado, sin ningún tipo de mecanismo de contención de masas y ha sus espaldas un gran volumen de pólvora. No hay ningún mecanismo para dirigir a las masas durante una evacuación y los recursos sanitarios de Cruz Roja se encuentran atrapados en el público, imposibilitando así cualquier tipo de evacuación sanitaria efectiva o posibilidad de socorrer a los heridos hasta que finalizara todo el movimiento de masas.
El cordón sanitario mayoritariamente compuesto por voluntarios, estudiantes de primero y segundo año de enfermería y otros voluntarios traídos de diferentes poblaciones, gran parte cuenta con poca experiencia en este tipo de eventos masivos, son desconocedores de los protocolos de atención a incidentes de múltiples víctimas (AMV) y del material utilizado en las emergencias extrahospitalarias. Me permito dudar de si los voluntarios externos a la ciudad son conocedores de las ubicaciones de los distintos monumentos falleros y cortes de calle que se establecen durante estas fechas.
Conforme concurren los eventos en nuestra ciudad afloran mayores problemáticas y deficiencias, como un refuerzo insuficiente de las unidades de Soporte Vital Básico (SVB) y del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) que ha incrementado la demora asistencial y ha colapsado los recursos. Esta gran carga de trabajo a generado un gran estrés entre los profesionales del servicio.
No es el único servicio que se ha visto desbordado durante estos festivos, la situación crítica que vive el departamento de Policía Local de Valencia, su pésima gestión política con la reestructuración de las Unidades y una falta de estrategia clara, denota que no hay suficientes agentes para cubrir un servicio de estas envergaduras, con un CISE que no coordina, agentes doblando turnos o alargar su jornada laboral por encima de las 12 horas, una mala planificación en los cortes de tráfico, ausencia de agentes en vía pública, algunos patrullando en solitario en lugares con una alta concurrencia y una larga lista de etcéteras.
A todas estas problemáticas les podemos sumar las recientes obras del carril bici que han contribuido a colapsar aún más si caben las arterias de la ciudad complicando el desplazamiento de los vehículos de emergencia.
Mi respuesta a la pregunta formulada es un No, no estamos preparados, ni estamos cerca de estarlo.
La Seguridad y la Prevención es una materia que no está en boca de todos hasta que no ocurre la desgracia, que luego todos los políticos se apresuran en lamentar. Estamos ante la concurrencia de unos eventos con gran afluencia de gente en una situación de amenaza terrorista elevada. Las Fallas año tras año incrementa el número de visitantes a nuestra ciudad y no disponemos de la capacidad para gestionar este aumento en la demanda de Servicios.
Las autoridades políticas competentes no hacen los deberes para atender este gran número de visitantes y cuánto menos los esfuerzos realizados dejan que desear, la gran concurrencia en estas fiestas afectan más allá de los cortes de tráfico, como las aglomeraciones en los trenes de Cercanías y el Metro.
Las autoridades competentes deberían replantearse si las medidas de control adoptadas para estos transportes son suficientes ante tantos usuarios y reforzar la presencia policial en las estaciones más concurridas.
Se ha hecho notable la falta de Agentes de Policía Local en las calles, provocando estampas como los botellones en zonas de gran valor Histórico que se encuentran protegidas, reyertas, hurtos y otros delitos. El refuerzo sanitario también ha sido insuficiente, son necesarios más recursos para evitar la demora asistencial y alargar el servicio sanitario preventivo hasta finalizar las verbenas, no limitando su presencia a la Mascletá.
La falta de voluntad política es evidente, la mala gestión y poca previsión así como la falta de coordinación entre departamentos e instituciones han hecho de estas fallas un descontrol, provocando una situación de inseguridad entre los residentes y turistas. Al Gobierno del tripartito le han quedado grantes estas fiestas, perjudicando a todos los Valencianos.