Jiménez de la Iglesia. FOTO AVAN El empresario valenciano José María Jiménez de la Iglesia fallecía ayer a los 82 años como consecuencia de una parada cardiorrespiratoria cuando se encontraba en Xàbia (Alicante).
El empresario valenciano José María Jiménez de Laiglesia
Santonja era licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia, y fue entre
otras responsabilidades, presidente de la Confederación Empresarial Valenciana
(CEV), de la Confederación de Organizaciones Empresariales de la Comunidad
Valenciana (CIERVAL) y de la Federación Valenciana de Empresarios de la
Construcción (FEVEC).
Igualmente, fue presidente de la empresa constructor
CLEOP, consejero delegado del Banco de la Exportación, consejero en Mapfre,
vicepresidente del Patronato de la Fundación de Estudios de la Empresa y
presidente de la Fundación Broseta. En la actualidad, era administrador de
Aliblanca, S.A y de Zodiaco, S.A y presidente de Construcciones Elea, S.A.
José María Jiménez de Laiglesia estuvo vinculado a los
inicios de la Facultad de Estudios de la Empresa de la UCV, a través de la
Fundación para el Estudio de la Empresa (EDE), de la que fue patrono cuando en
1997 se constituyó promovido por el entonces arzobispo de Valencia, el cardenal
Agustín García-Gasco.
En declaraciones a la agencia AVAN Peris ha recordado que
la UCV dio el pasado mes de mayo el nombre de “Jiménez de Laiglesia” a la
Cátedra sobre estudios empresariales, en reconocimiento a la labor del
empresario que fue también patrono de la Facultad de Estudios de la Empresa. La cátedra que lleva su nombre nació fruto de la colaboración
con la Fundación Broseta de la que el empresario valenciano era Presidente de
Honor.
Según Peris, José María Jiménez de Laiglesia “ha
representado, como nadie, al tejido empresarial valenciano, en su deseo de
servir no solamente a la empresa sino al conjunto de la sociedad, a las
iniciativas culturales y de la propia Iglesia”.
Igualmente, “supo promover con mucho acierto unos
estudios empresariales que fueran enriquecidos con la dimensión universitaria
sin perder ese carácter de formar emprendedores”, según Peris, que ha
calificado al empresario como persona “entrañable” con la que era una “delicia
poder conversar”.
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