Alberto Núñez Feijóo. /EPDAEl congreso de los
Diputados celebra, hoy a las 12 del mediodía, la sesión de
investidura de Alberto Núñez Feijóo. El líder popular asumió el
encargo del rey Felipe VI de formar gobierno a pesar de no tener
seguros los apoyos suficientes para alcanzar la presidencia del
gobierno por lo que toda la atención de la sesión estará centrada
en conocer si se producen episodios de ruptura de disciplina de voto,
algo a lo que el Partido Popular ha llamado públicamente en
repetidas ocasiones asegurando que esta era la única forma de evitar
que las sumas aritméticas dejen el poder de decisión al
independentismo catalán más extremo en estos momentos representado
en la figura de Carles Puigdemont.
Los socialistas han
puesto en marcha todos sus recursos para evitar otro “Tamayazo”
como el que les privó de gobernar la Asamblea de Madrid hace 20
años, o el mucho más cercano traspiés de Ciudadanos que vio como
parte de sus miembros apoyaban a PP y VOX para evitar la moción de
censura en el gobierno regional de Murcia. Aún así los analistas
políticos contienen la respiración a la espera de ver que sucede en
una sesión de investidura que será la primera en la que los
portavoces puedan intervenir usando su lengua cooficial española.
En el plazo más
largo, la sesión de investidura también significará un juicio a la
figura de Alberto Núñez Feijóo. El líder del PP decidió aceptar
el encargo del rey sin tener apoyos suficientes, siguiendo una
estrategia completamente distinta a la seguida por el último
presidente del gobierno del PP, Mariano Rajoy Brey, que una situación
similar optó por declinar el ofrecimiento de Felipe VI para dejar
que los socialistas se estrellaran contra la realidad parlamentaria,
y dejarle a él como única opción posible en una segunda
investidura en la que Pedro Sánchez acabó, momentáneamente, fuera
del parlamento español.
Feijóo se juega hoy
su liderazgo en un partido que parece mirar cada vez más hacia la
presidenta del gobierno autonómico de Madrid, Isabel Díaz Ayuso,
cuya puesta escena en la noche electoral vestida de rojo frente al
blanco que vestían todos su compañeros ya demostraban su ambición
por dejarse notar ante los miliantes.
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