La
enseña española Globalíder ha presentado su “Decálogo para convertir
una empresa en internacional”. A través de este documento, Francisco Casáus,
Director General de la consultor, recoge su experiencia acumulada gracias a estar
presente en 14 mercados internacionales.
INTRODUCCIÓN:
La salida a la crisis
española está en aumentar las exportaciones, al menos en esto estamos todos los
españoles de acuerdo: tenemos que incrementar las ventas en el exterior,
producir más para exportar más. ¿Pero se puede “exportar” la innovación, el
saber hacer profesional, la originalidad, el ingente talento español?. Exportar
no es internacionalizar. Que un producto o servicio se venda fuera de
España no garantiza su madurez en un canal de distribución extranjero si no ha
habido un adecuado proceso de internacionalización, que contemple aspectos
trascendentales como la implantación y presencia –al menos adecuada
representación- de la empresa española en el mercado de destino, y la
prestación de servicios postventa, de control de calidad y satisfacción que, en
un entorno global, exige cualquier consumidor en cualquier lugar del mundo.
La exportación bien hecha da
un resultado económico inmediato y alegra cada telediario, en el análisis de la
balanza comercial española; la internacionalización racionaliza la exportación
a medio/largo plazo, permitiendo
la vigilancia de los mercados, la anticipación, la adecuación intercultural de
productos y servicios, lo que indudablemente beneficia a su ciclo de vida. Es
en la internacionalización donde innovación, saber hacer, originalidad y
talento se ponen al servicio de la exportación, y de las personas que gobiernan
las empresas y que son innovadoras, saben, son originales, verdaderos
impulsores del crecimiento. Porque el resultado de las empresas no es ni más ni
menos que la consecuencia del talento de las personas que las gobiernan.
DIEZ CLAVES PARA CONVERTIR UNA EMPRESA EN
INTERNACIONAL, por Globalíder.
1. Analizar el punto de partida (sector de actividad, producto y/o
servicio a exportar) y tener claro adónde y por qué se quiere y puede llegar. En
internacionalización no siempre querer es poder.
2. Conocer la idiosincrasia del país de destino, sus costumbres, sus
demandas, sus necesidades. En internacionalización la primera barrera es no
conocer el “lenguaje” del consumidor, aunque hable nuestro mismo idioma.
3. Adaptar el producto o servicio al nuevo destino, no imponer fórmulas,
aunque hayan funcionado en España. También en internacionalización el
cliente siempre tiene la razón.
4. Elaborar planes financieros, de costes, de previsión, de viabilidad. En
internacionalización si las cuentas no salen en España, tampoco saldrán en el
extranjero.
5. Probar los productos o servicios y analizar a la competencia en el país
de destino. Encuestar, escuchar al importador, al distribuidor, al consumidor;
comparar y analizar la competencia, indagar en los mercados, verificar lo que
dicen. En internacionalización no se debe creer lo que no se comprueba.
6. Conocer todas las barreras de entrada, sean o no arancelarias; y
diseñar un plan de prevención y control de contingencias. En
internacionalización más vale aprender de los errores y poder superarlos, que
lamentar una grave pérdida después de un gran acierto fortuito.
7. Elaborar un plan de comunicación y de marketing adecuado al mercado de
destino. Hay que presentar los productos o servicios, hay que comunicar y
hacerlo bien, con adaptación cultural. En internacionalización lo que no se
da a conocer no perdura, pero lo que erróneamente se transmite se lamenta sin
remedio.
8. Implantarse, estar presente en el mercado de destino o, al menos, tener
una representación adecuada; los negocios en el extranjero se hacen con buenos
productos o servicios, pero
siempre con cara, ojos y oído. En internacionalización saber hacer es tan
importante como saber estar.
9. Integrarse hasta hablar el mismo idioma, el “lenguaje” del consumidor y
su lengua materna. La empresa tiene que contar con interlocutores locales, no
vale la comunicación estandarizada, sino personal. En
internacionalización el idioma no es una barrera sino una oportunidad.
10. Entender una venta internacional como una venta local, hacer sólo lo
que se sabe hacer bien, añadir el valor del conocimiento, del servicio
postventa, del control de calidad, de la mejora continua a los productos o
servicios. En internacionalización no es redundante afirmar que el mercado
es el mundo.
LA EXPERIENCIA GLOBALÍDER
Los gerentes territoriales
de GlobalÍder, en toda España,
INTERNACIONALIZAN empresas. Con el objetivo de exportar a nuevos destinos, pero
especialmente, de implantar y dar presencia a las empresas españolas en
mercados emergentes, donde los negocios se cierran con proximidad al cliente,
mimando su satisfacción, conociendo anticipadamente sus necesidades; como se
hacen las empresas a largo plazo, como sólo pueden sostenerse en un entorno
globalizado. Con ellos, que cuentan con una plataforma de servicios, metodología
operativa y la presencia de GLOBALIDER en los mercados -al servicio de los
clientes- conseguimos cada día que el empresario español no dé pasos a
“ciegas”, afirma Francisco Casáus, Director general de Globalíder, y CEO West
África.
Globalíder en el
mundo:
Globalíder es una
promotora española de negocios internacionales, especializada en mercados
emergentes –en conjunto, más de 450 millones de potenciales consumidores-.
Actualmente la compañía cuenta con 14 oficinas internacionales, repartidas por
Europa, África, Sudamérica y Asia y prevé concluir el año con 17 delegaciones.
La compañía emplea en los canales de distribución más de 1.000 personas
trabajando.
En España, la
compañía cuenta con una central de servicios ubicada en Algeciras, el puerto español
de mayor importancia en movimiento de contenedores y enclave privilegiado en
las exportaciones al continente africano, destino de gran parte del tráfico
marítimo mundial. Asimismo, dispone de 19 delegaciones repartidas por todo el
país.
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