Gobernar con titulares, recortar en inversiones: la realidad del presupuesto del PP

Fernando Arenas, portavoz del PSOE de Utiel y secretario de lucha contra la desinformación del PSPV en la provincia de Valencia./EPDA

Utiel ya tiene presupuestos municipales para 2025. Pero lo que debería ser una buena noticia, llega envuelta en decepción. El Partido Popular los ha sacado adelante ignorando todas y cada una de las ocho enmiendas presentadas por el Grupo Municipal Socialista. Una vez más, el diálogo ha sido sustituido por la imposición. Y lo más grave: se ha perdido una oportunidad clave para atender las verdaderas necesidades de nuestro municipio.

Estos presupuestos llegan con cuatro meses de retraso. No entrarán en vigor hasta julio, lo que implica medio año perdido para invertir, mejorar servicios o abordar los efectos de la DANA del pasado octubre. El PP ha tenido tiempo, pero no ha tenido voluntad política. Porque lo que ha presentado no es más que un documento técnico, sin proyecto de ciudad, sin inversiones reales y sin ninguna de las promesas electorales que tanto proclamaron en campaña.

Desde el PSOE de Utiel no nos limitamos a criticar. Hacemos propuestas. Por eso, incluso con el escaso margen que se nos dio, trabajamos intensamente para presentar alternativas serias y razonadas. Entre ellas, una que refleja de forma escandalosa el desajuste de prioridades del actual equipo de gobierno: la partida de atenciones protocolarias y representativas de Alcaldía se dispara un 614%, pasando de 3.500 a nada menos que 25.000 euros.

¿Quién puede defender una subida así mientras se recortan partidas culturales, se congelan las becas universitarias o desaparecen proyectos comprometidos como la subida al cementerio o la climatización del salón polivalente? ¿Cómo puede explicarse a los vecinos que, mientras no hay dinero para arreglar caminos rurales o mantener las ayudas al estudio, sí lo haya para multiplicar por seis los gastos de representación de alcaldía?

La respuesta es clara: no se puede. Y el Partido Popular, en lugar de corregirlo aceptando nuestra enmienda para dejar esa partida en su nivel anterior, prefirió seguir adelante como si nada. Como si no pasara nada. Pero sí pasa: pasa que se gasta más en actos, recepciones y fotos, y menos en lo que realmente necesita la gente.

Esa es, en el fondo, la lógica que recorre todo el presupuesto: se aparenta gestión, pero no se invierte en transformación. Se presupuesta mucho para festejos y propaganda institucional, pero se recortan inversiones reales. Se anuncian bajadas del IBI que no llegan a aplicarse, mientras se incrementan las previsiones de recaudación por impuestos indirectos y multas. En definitiva, se recorta donde duele y se gasta donde conviene políticamente.

Tampoco encontramos rastro del plan de inversiones que Utiel necesita. En un año clave, con fondos de cooperación de la Generalitat y la Diputación que podrían impulsarnos, el capítulo de inversiones reales apenas supera los 388.000 euros. Y ni un solo proyecto concreto que justifique ese gasto. ¿Dónde están las promesas de campaña del PP? ¿Dónde está la remodelación de la Plaza del Castillo, la calle Beato Gálvez o el plan de asfaltado iniciado por el anterior gobierno? Simplemente, no están.

Este presupuesto no solo decepciona por lo que contiene, sino por lo que no contiene: diálogo. Ni una reunión previa, ni una consulta, ni un intento real de consenso. El alcalde ha decidido gobernar de espaldas al resto de grupos, ignorando incluso su propio compromiso de cooperación expresado al inicio del mandato.

Y por eso votamos en contra. Porque no podemos avalar unos presupuestos que se olvidan de la gente y se acuerdan solo de los actos protocolarios. Porque no podemos aceptar que se invierta más en imagen que en contenido, en propaganda que en progreso. Y porque Utiel merece más: merece planificación, seriedad y un gobierno que escuche.

Seguiremos trabajando desde la oposición para que, a pesar del silencio del equipo de gobierno, el Ayuntamiento no pierda el rumbo. Pero también seguiremos señalando, con claridad y firmeza, cada vez que se gaste un euro en lo innecesario mientras se deja de invertir en lo imprescindible.