Tabla comparativa de consumo
Jordi ArditDomingo 14 de julio. Comida con amigos en Morella. Ida y
vuelta en el mismo día desde Valencia: 350 kms. “¡Y en Morella no hay cargadores! ¡Y hay más de mil metros de desnivel! ¡Y
encima dan lluvias y tormentas que podrían ser localmente fuertes! ¡Y además
iremos todo el rato con el aire acondicionado puesto! ¡Y no quiero ir como los
camiones!”. Todo eso pasaba por mi cabeza el día de antes, mientras ponía a
cargar el coche al 100% en el garaje de casa…
5 meses antes lo recogía del concesionario: Hyundai Kona EV
Style. No tenía planeado cambiar, y menos a un eléctrico, pero el anterior
(Accord diésel de 2006), volvió a pasar por el mecánico una vez más, y decidí
que sería la última. Muchas averías varias encadenadas, y un servicio
post-venta de Honda carísimo, me hicieron tomar esa decisión.
Sabía que era pronto para dar el salto, pero cometí un “error”:
probarlo. Es raro que un concesionario quiera venderte un eléctrico. De hecho
fui a un segundo concesionario para pedir otro presupuesto del Ioniq híbrido
enchufable, el que tenía intención de comprar, y Beatriz, la comercial, me
convenció para hacer una prueba del Kona. Ya no había vuelta atrás.
Mientras salíamos hacia Morella me acordé del primer viaje
(Zaragoza) y lo conservador que fui por si no llegaba. Esta vez iría algo más
rápido. Google daba 2h 8min de trayecto. Puse el autopilot (sí, me gusta
llamarlo así, aunque sea un Hyundai) a 105 km/h, unos 102 km/h reales (el error
del velocímetro respecto al GPS oscila entre 3 km/h y 5 km/h, manteniéndose la
mayor parte del tiempo en 3km/h) y me relajé para disfrutar del viaje.
He llegado a la conclusión de que esa velocidad (105 km/h de
marcador) es la óptima para viajar con el Kona. Correr más apenas se nota en
trayectos como el de ese día, y en trayectos más largos (Valencia – Madrid por
ejemplo) “sólo” llegas media hora más tarde. Hay que tener en cuenta que siempre
tienes que salir y entrar (tramo urbano) y durante el viaje muchos tramos de la
vía están limitados a 100 km/h o menos, y puede haber tráfico, etc.
Al final llegamos en 2h 12min con un consumo medio de 16,1
kwh/100km. No está nada mal teniendo en cuenta que hacía calor (30 grados
centígrados) y el aire acondicionado estuvo puesto todo el trayecto. ¡Sólo 4
minutos más que el previsto por Google!
Espíritu ahorrador
El coche eléctrico ha cambiado mi forma de conducir. Y no
sólo por necesidad o miedo de no llegar. Cuando entras en este mundo, de
repente, y casi sin darte cuenta, te invade el “espíritu ahorrador”. No estamos
hablando de euros, pues a lo que se paga el kwh da igual consumir 12 que 16; es
irrelevante para la economía familiar. En cierta medida llegas a obsesionarte con
la conducción eficiente. “¡A ver si bato
mi récord!” pienso en muchas ocasiones…
Y así fue, unos días más tarde (17 de julio) hice récord de
consumo: 6,4 kwh/100km. 7h de la mañana, sin atascos, 25 grados centígrados de
temperatura y 27 min para recorrer los 18 kms que separan mi casa del trabajo.
A la vuelta hice 10,6 kwh/100km, por lo que estamos hablando de medias por
debajo de 9 (8,5 ese día), o lo que es lo mismo, autonomías máximas de algo más
de 700 kms en ámbito metropolitano. Eso sí, yendo tranquilo, con aceleraciones
muy suaves y no sobrepasando en ningún momento el límite de velocidad de la
vía.
Con una conducción normal, en ciudad es fácil lograr autonomías de entre
500 y 600km en verano y entre 400 y 500km en invierno. Está claro que éste es
su hábitat natural. Consume muy poco y se aparca con facilidad. Las carreteras
nacionales o comarcales también son una delicia. Adelantar es una gozada dada
su aceleración y par motor, y las carreteras con curvas, ya sea subiendo o
bajando puertos de montaña, se disfrutan. Tan solo hay que seleccionar el modo
de regeneración máxima, acelerar / soltar el pedal y dejarse llevar por la
carretera.
La casualidad quiso que un día de junio, al coger un taxi
(algo que hago en contadas ocasiones) el que parara fuera un Kona EV, el único
de Valencia. Inma, su dueña, está encantada con él. En el trayecto a mi casa
hablamos largo y tendido sobre nuestro coche, y me enseñó la autonomía que
marca el suyo cuando lo carga al 100%: 642km. También me contó que mientras
hace running por las tardes deja su coche cargando en un cargador gratuito.
Sin pagar por recargar
Cada vez que le cuento a alguien que he viajado sin pagar un
solo céntimo por recargar el coche, no se lo cree. Recuerdo el último viaje por
Ibiza y Formentera, dos islas repletas de cargadores gratuitos. Vayas donde
vayas, aparcas gratis en pleno centro (Ibiza, San Antonio, Santa Eulalia, etc) y
cargas también gratis.
Tampoco pagas por el coche (Balearia) si vas a
Formentera, y una vez allí tampoco pagas por aparcar en la maravillosa playa de
Ses Illetes (se me ocurrió preguntar porque no lo pone en la tabla de precios).
En el grupo de Telegram del Kona EV alguien contó que nunca ha pagado por
cargar el Kona, y lleva ya más de 10.000kms.
Siempre lo hace en un cargador
rápido gratuito que puso su ayuntamiento. Estamos, sin duda, en un momento
dulce para el coche eléctrico, con multitud de ventajas que casi seguro
desaparecerán con el paso de los años.No tener que preocuparte por parar a poner gasolina en tu
día a día también es una gran ventaja. Tan solo tienes que llegar a tu garaje,
y en pocos segundos lo dejas enchufado. A la mañana siguiente, operación
inversa. Desgraciadamente, esta gran ventaja del eléctrico se torna un inconveniente
en los viajes largos.
Autonomía en ruta
La baja autonomía en ruta y la escasez de cargadores rápidos
te obligan a tener que planificarlo todo. Lo ideal es aprovechar la parada de
la comida para cargar pues de esta manera no pierdes tiempo. Cuando fuimos a
Madrid (aunque no nos hacía falta porque llegábamos sobrados), paramos en el
cargador rápido de Fuentidueña de Tajo, gratuito si comes en el restaurante. En
la hora y cuarto que paramos recuperamos desde el 30% al 95% de batería, lo
cual nos dio para nuestros desplazamientos del fin de semana, incluida una
visita a la sierra. A la vuelta repetimos la operación para llegar a Valencia.
Como decía anteriormente, con el tiempo he aprendido que 105
km/h de marcador es la velocidad óptima de crucero en viajes largos para este
coche. Saliendo con la batería al 100% podrás hacer unos 400 km, incluso con el
aire acondicionado puesto o en recorridos con subidas considerables. Por lo
tanto, aprovechando la parada larga de la comida para cargar, podrás recorrer
una distancia máxima de unos 800 km en unas 10 horas de viaje, una hora más de
lo que tardarías en un coche de combustión yendo a velocidades legales, y 2
horas más que en un coche de combustión yendo a velocidades ilegales.
Con el coche eléctrico han cambiado mis hábitos de
conducción. Atrás quedaron los años en los que, por trabajo, tenía que ir a
Toledo y luego volver a Valencia en el mismo día. En ocasiones iba, me reunía,
y luego volvía para comer en Valencia, lo cual me obligaba a ir MUY rápido. El
Kona no es un coche para ir MUY rápido. Al margen de subir el consumo
considerablemente (y por consiguiente, bajar la autonomía), a velocidades MUY
altas se vuelve ruidoso (los neumáticos koreanos tienen la culpa), y de alguna
manera aparece cierta sensación de inseguridad, sensación que no tenía en el
Accord. Para aquéllos a los que les guste correr y/o tengan necesidad de hacer
muchos kilómetros por autovía, definitivamente, éste no es su coche.
Inma, la taxista
Inma, la chica taxista del Kona EV de Valencia, me contó que
el coche le salió muy bien de precio, pues cerró la compra antes de la subida
de Hyundai de febrero, y se esperó a que llegaran las ayudas para matricularlo.
Fue paciente (no como yo) y le salió la operación redonda. En mi caso habré
pagado por el coche, cuando cancele el préstamo, 39.000€. Es mucho. O no.
Depende…
Para 30.000 kms que hago al año y un consumo medio de
13,4 kwh/100km (lo que llevo en 12.500 kms, y bajando), que incremento en un
15% por pérdidas en el proceso de carga (es la media aproximada de lo que he
medido en dos ocasiones, obteniendo un 13,9% de pérdidas una vez y un 15,9% en
la segunda prueba), me salen estas diferencias de gasto de energía vs
combustible, suponiendo un híbrido que gaste una media de 6 litros cada 100km
(a un precio medio de 1,35€ el litro) y teniendo en cuenta para el coste de energía
consumida la tarifa 2.0DHA de Iberdrola con bono social (mi caso).
Como puede observarse, el ahorro a partir de los 10 años es
considerable. Además, no estoy teniendo en cuenta los menores gastos de
mantenimiento (revisiones, impuestos) del eléctrico, ni el total de cargas
gratuitas que podrían hacerse en todos esos años. En principio, considero que
el coste por averías en ambos casos será similar, y creo que estoy siendo muy
benévolo con el coche de combustión. Mi Accord llevaba unos 5.000€ en averías a
los 13 años (cuando lo “jubilé”) y amenazaba con un cambio de cadena y sistema
de poleas de distribución con un coste estimado de más de 3.000€.
No me considero una persona caprichosa, y menos cuando se
trata de la compra de un coche. Tras casi 30 años con el carnet, éste es el
tercer coche que estreno. Si Dios quiere (y la batería también), espero que
dure 15 años, aunque la degradación sea importante. Con tanta autonomía siempre
se podrá “reciclar” como coche urbano.
Regreso de Morella
La vuelta de Morella la hice más rápido, bastante más.
Demasiado en algunos momentos. Y no la disfruté. Total, para llegar 20 minutos
antes… Ya no me gusta correr. No merece la pena. Es peligroso. He cambiado. ¡El
coche eléctrico me ha cambiado! Me he acostumbrado a poner el piloto automático
y que el coche “me lleve”, me corrija la trayectoria en una curva si me
despisto o frene para mantener la distancia al vehículo precedente.
A Mateo, un chico con autismo que conozco, le gusta mucho el
mar. Aunque vive en Valencia, le pide a su madre que le lleve a la playa del
Mareny, a más de 30 minutos, hacia el sur. Un día le pregunté porqué va hasta
allí, tan lejos, teniendo otras playas mucho más cerca. Ella me contestó:
"a Mateo lo que le gusta es disfrutar del viaje”.
Muchas veces nos obsesionamos con lograr algo, una meta, un
proyecto, y nos olvidamos de lo más importante: disfrutar del momento,
disfrutar del viaje. El coche eléctrico me ha enseñado a disfrutar de cada
kilómetro recorrido, a disfrutar de los paisajes, de la música, de las
conversaciones….
¡Gracias coche eléctrico!
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