José María Galdón Hace sólo unos días, metido de lleno
en la difusión de la campaña para la presidencia del Colegio de
Graduados Sociales de Valencia, un compañero me preguntaba, ¿y
porqué ahora José María?, la verdad es que la pregunta tiene
todo el sentido del mundo, después de más de 30 años de ejercicio,
después de cientos de sinsabores y de preocupaciones llevadas a
casa, día tras día, qué me lleva a presentar la candidatura al
Colegio acompañado de un buen grupo de amigos y excelentes
profesionales, la respuesta es sencilla: “nuestro Colegio necesita
un cambio , no sólo en las formas, sino sobre todo en las personas,
es necesario dar un paso al frente y hacer que las cosas cambien”.
Durante mucho tiempo he escuchado a
compañeros hablar de cómo , poco a poco, perdíamos un espacio que
legítimamente nos correspondía, Graduados Sociales que han visto
como los cambios legislativos nos obligan a buscar una constante
formación que nos permita estar al día, profesionales que ven como
otros Colegios profesionales han sabido blindar su espacio para
evitar un intrusismo cada vez más perjudicial, personas que han
visto como la crisis, que azotaba a sus clientes, ha terminado
llegando a sus despachos .
En definitiva, una situación que nos
lleva, inevitablemente a buscar un cambio, en el modelo de trabajo
que venimos aplicando. Hoy, las nuevas tecnologías, la
descentralización y la especialización , son probablemente los
grandes retos a los que como profesionales deberemos hacer frente en
los próximos años. Retos que nuestro Colegio, anclado en el siglo
pasado y perdido en conflictos, no ha sabido hacer frente.
Hoy , cuando los profesionales de otros
sectores, miran a sus Colegios, encuentran una cartera de servicios
que justifica el pago de sus cuotas colegiales, hoy, mientras eso
ocurre, el Colegio de Graduados Sociales, nuestro Colegio, se ha
convertido en uno de los organismos con cuotas colegiales más altas
de nuestro país, y lo que es peor, con uno de los niveles más bajos
de participación, tanto en la vida colegial, como en las acciones
profesionales programadas.
Ahora, cuando nos
encontramos, en la recta final de nuestra campaña electoral, los
colegiados deben hacer frente a una sencilla decisión: quedarse en
casa el día 23, dejando que todo continúe igual, o acudir a votar
para certificar un cambio necesario para asegurar la pervivencia de
un organismo, cada vez más necesario para el desarrollo de nuestro
colectivo profesional.
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