Pie de fotoMe considero un fan del
formato y un seguidor acérrimo del programa desde sus inicios pero una cosa no
quita la otra: ojalá pudiéramos volver atrás en el tiempo y evitar que GH
Revolution o GH 18 -que es como debería haberse llamado porque revolution no
hay por ningún lado- se hubiera estrenado.
Las audiencias parecen opinar
lo mismo, los avances en algunos de los acces prime times de la cadena no
llegan al doble dígito, el debate en la noche de los domingos con Jordi
González con poco más del 10% ya no interesa y las galas, ¡ay las galas! Anoche
incluso, GH marcó su mínimo histórico estrellándose en un 14,8%, volviendo a
bajar una noche más. Ni los propios programas de la cadena le dedican demasiado
tiempo a la edición de este año, la peor en audiencia y en casting, y la gente
en la calle ni lo comenta. GH Revolution nació muerto y vive una lenta y
sangrante agonía donde los que más sufren son los fans del programa que ven
como su formato estrella, como pasó con el último OT en la cadena, muere semana
a semana en las pantallas de T5.
La gala 0 fue horrible. Se
quiso innovar y la pifiaron evitando las clásicas entradas individuales que dan
tanto juego. Las entradas de anónimos cada semana para salvar es algo que no
gusta a la audiencia, unos espectadores que ni se acuerdan de la mayoría de
nombres de los concursantes. Tele 5 ha decidido recular y dice que habrá Canal
24 horas, clave para evitar manipulaciones de imágenes en forma de vídeos y
cebos editados. Y no nos engañemos, Jorge Javier se empeña en hacerlo bien
(porque no lo hace mal) pero él no es Mercedes Milá y la sombra de La Milá es
alargada. De hecho muchos veíamos la gala por ella, ella era GRAN HERMANO, el
espíritu del programa. Vázquez está muy quemado televisivamente por la propia
cadena. Este año la audiencia de GH no nos ubicamos.
Sería algo fácil criticar el
casting de esta edición ya que hay concursante que prometen momentos GH como
los de siempre como Pilar, Hugo, Juan, Petra, Miriam o Carlos, pero también es
cierto que hay demasiado niño con piercings y concursantes relamidos que saben
qué hacer y qué decir sobre todo en el confesionario, donde la naturalidad de
su personalidad de vuelve poco natural cuando tienen que entrar en discusiones
o hablar frente al super en el confesionario viviendo la casa como un
espectáculo televisivo y no como su propia casa. ¡Hasta el famoso Gato
Encerrado se aburre soberanamente como ha dejado intuir en algún que otro tuit
y retuit!
Esta edición no funciona y
la semana que viene GH Revolution tiene su prueba de fuego. Un nuevo mínimo
pondría en la palestra una realidad: que la audiencia ha desconectado ya del
reality show por excelencia de la televisión. Y la culpa no se basa en su
longevidad, ni mucho menos, sino en una “revolución” vendida como tal y
profundamente fallida y en la ausencia de Mercedes Milá. Volvamos a los
orígenes, pero a todos y de verdad. Gran Hermano, en coma inducido.
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