Greenpeace
celebra que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) haya puesto punto final a las
incógnitas sobre el cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña
(Burgos) pidiendo a Nuclenor, la compañía propietaria, los documentos para la
declaración de cese definitivo de actividad, según su nota de prensa emitida a
última hora de ayer.
"Greenpeace
quiere compartir la satisfacción por el cierre de Garoña con todas las personas
que han colaborado en esta campaña durante todos estos años", ha declarado
Mario Rodriguez Vargas, director ejecutivo de Greenpeace España. "Garoña
es un símbolo del fracaso de la energía nuclear, y debe representar el comienzo
de la transformación del modelo energético hacia uno eficiente, inteligente y
100% renovable".
Tras la renuncia
del pasado miércoles de Endesa e Iberdrola a solicitar la ampliación de la
explotación de la central nuclear de Garoña, y el posterior anuncio por parte
del Gobierno en el mismo sentido, únicamente quedaba que el CSN determinara las
condiciones técnicas del cierre, lo que recuerda que el Gobierno siempre ha
otorgado la última palabra en materia nuclear al CSN. En la tarde de ayer, el
organismo que preside Carmen Martínez Ten acordó remitir a Nuclenor una nueva
Instrucción Técnica Complementaria (ITC) sobre la presentación de los
documentos de explotación de la central asociados a la declaración de cese
definitivo de la actividad, lo que confirma que dicho cierre debe producirse
para el 6 de julio de 2013.
Greenpeace
quiere señalar que este es el primer paso en la línea de reforma que necesita
el sistema eléctrico, que atribuye beneficios extraordinarios a determinadas
fuentes energéticas, como las nucleares, subvenciona a los principales
causantes del cambio climático y frena el avance de las fuentes renovables que
son la solución. Esta es, además, la visión económico-ambiental de la Unión
Europea en sus directrices para hacer frente a la crisis.
"Los que
querían presentar la prórroga de la nuclear como necesario e inevitable se han
estrellado contra la cruda realidad: la nuclear es inviable económicamente si
no cuenta con un gran apoyo económico del Gobierno, y no están los tiempos para
ir regalando más dinero a las eléctricas", ha declarado Raquel Montón,
responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace. "Cuantas más inversiones
se necesitan para tratar de hacer seguras las nucleares, más se alejan de su
viabilidad económica".
Greenpeace ha
trabajado intensamente durante muchos años, al igual que los colectivos y
personas que forman parte de la Coordinadora Estatal Antinuclear (CEAN), por el
abandono de la energía nuclear. En el
caso de España, el primer gran éxito fue el cierre de Zorita en 2002, que ahora
continuará con el de Garoña. Desde octubre de 2003, cuando activistas de
Greenpeace elevaron un globo aerostático en Garoña; cuando un año más tarde bloquearon la puerta
de la central; posteriormente, en noviembre de 2008 colocaron un contenedor en
la puerta de la central; hasta el pasado 5 de junio en el que depositaron un
bote de humo sobre el edificio del reactor para reclamar su cierre, la
organización ecologista ha trabajado intensamente para conseguirlo, ayudada por
la colaboración de ciberactivistas, socios, simpatizantes, y las personas que
durante todos estos años han colaborado con la organización ecologista.
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