Consumo pretende que la ciudadanía haga una compra responsable y
consciente de este producto, que se informe de qué tipos de mascarillas
hay en el mercado y cuál es más útil para su situación personal en
función de su contacto con el virus.
El Gobierno de España,
siguiendo las recomendaciones de la comunidad científica, sugiere que
las personas sanas y sin contacto con la COVID-19 hagan uso del modelo
de mascarilla higiénica siempre junto a las recomendaciones de
distanciamiento físico e higiene del Ministerio de Sanidad.
Para
aquellas personas que hayan resultado contagiadas, que tengan síntomas o
que sean positivas asintomáticas, se aconseja el uso de las mascarillas
quirúrgicas. Las tipo EPI son recomendadas solo para personas en
contacto con el virus, así como para grupos vulnerables y siempre bajo
prescripción médica.
En el caso de niños y niñas sanos a partir de
los tres años y sin contacto con la COVID-19, Consumo recuerda que
existen mascarillas higiénicas de tallas acordes con la edad, hasta los
12 años y pide que los adultos supervisen la colocación, uso y retirada
de estas.
En cualquiera de los casos, Consumo insiste en que las
mascarillas son solo un complemento de protección y que es fundamental
seguir cumplimiento con el resto de medidas preventivas recomendadas por
las autoridades sanitarias.
Mascarillas higiénicas
Las de
tipo higiénico son un complemento a las medidas de distanciamiento
social e higiene dictadas por el Ministerio de Sanidad para personas
sanas y sin contacto con el virus. Cubren boca, nariz y barbilla y están
provistas de un arnés que puede rodear la cabeza o sujetarse en las
orejas. Se componen de una o varias capas de material textil y pueden
ser reutilizables o de un solo uso.
Mascarillas quirúrgicas
Las
de modelo quirúrgico son las que se usan en ambientes clínicos y están
recomendadas para personas que hayan sido diagnosticadas de COVID-19,
tengan o no síntomas. Este modelo limita la transmisión de agentes
infecciosos porque están diseñadas para filtrar el aire exhalado. Por
tanto, su misión es proteger a quienes están alrededor del portador
evitando la dispersión vírica al estornudar, toser o hablar.
La mascarilla quirúrgica debe contar con un mecanismo que permita ceñirla estrechamente sobre nariz, boca y barbilla.
EPI
Los
Equipos de Protección Individual (EPI), de venta en farmacias y
establecimientos especializados, se recomiendan a profesionales en
contacto con el virus y a determinados grupos vulnerables, siempre por
prescripción médica. Sirven para crear una barrera entre un riesgo
potencial y el usuario, filtrando el aire inhalado y evitando la entrada
de partículas contaminantes en el organismo.
En función del grado
de protección pueden ser de tipo FFP1, FFP2 y FFP3. Los filtros que
contienen contra las partículas también pueden ser de tres tipos: P1, P2
y P3.
Etiquetado
Consumo también recoge en su guía la
información que el consumidor debe mirar en el etiquetado de la
mascarilla. Así, pide comprobar que incluya el marcado CE, seguido de
cuatro números, para asegurar que el producto cumple con la legislación.
También informa sobre la referencia a la norma UNE que asegura el cumplimiento de un estándar de calidad.
En
la etiqueta se encontrará además la información relativa a la
reutilización de las mascarillas, cuántos usos permite y cuántos lavados
pueden hacerse sin que el producto se resienta.
Otras dudas frecuentes
Por
último, la guía de Consumo recoge una serie de dudas frecuentes. El
ministerio trata de atajar con ellas informaciones erróneas relacionadas
con la reversibilidad de la mascarilla, su limpieza en el microondas,
el uso de las mascarillas caseras u otras como las de buceo.