Víctor Jiménez. El
PSPV-PSOE
está en las instituciones para cambiar las cosas. En la
Comunidad Valenciana hemos perdido mucho tiempo, y cuando
se pierde tanto tiempo el espacio por recorrer parece
insalvable. Pero no lo es.
Aunque
tenemos una comunidad arruinada y desmoronada socialmente.
Gobernar es priorizar. Esta obviedad significa que es posible a pesar
de todo reconducir las prioridades y atender las necesidades más
evidentes: la Xarxa de llibres de texto para todos los niños y
niñas, el pago de la deuda de los dependientes, la
reivindicación de una financiación justa para Valencia, el
frenazo a los desahucios, la universalización de la cobertura
sanitaria para todos, el copago para las medicinas de los mayores
o la renta garantizada de ciudadanía, son algunas de las prioridades
destacables de estos primeros 100 días de gobierno en la
Generalitat.
El
pacto del Botánico es la hoja de ruta de un cambio político que ya
ha empezado a dar sus frutos. Y mientras estamos en estos asuntos, la
guardia civil entra en el Ayuntamiento de Valencia buscando papeles
del escándalo de Imelsa y de la exconcejala de cultura
María José Alcón, retiran el pasaporte de Rato y Aznar arremete
contra los suyos. Oímos a los dirigentes del Partido Popular de la
Comunidad Valenciana dar lecciones como si no fueran los suplentes
por derribo judicial de Zaplana, Olivas, Camps y dos Fabras.
Los
valencianos sabemos que para prosperar tenemos que echar al Partido
Popular también de España, que el ciclo electoral no acabó el 24
de mayo y que el futuro de Valencia también se juega en Madrid.
El
cambio que ha empezado en la Comunidad Valenciana tiene que
culminar con un nuevo Gobierno que reme en la misma dirección. El
proyecto de reactivación de nuestras instituciones, de defensa de
los ataques a nuestra gente requiere de la complicidad del Gobierno
de España. No podemos perder más tiempo.
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