José Salvador Murgui. EPDAEra un lunes de una semana de
invierno de 1973, ibámos camino del instituto, en el
escaparate de una tienda de electrodomésticos, estaban las
últimas novedades discográficas de Camilo Sesto. Era parada
obligada de aquellos jóvenes adolescentes que vivían
intensamente los guateques y bailes de sábado por la noche y
domingos por la tarde animados con aquellas canciones que se
bailaban a ritmo veloz y "suelto" como se decía entonces y las
otras más melódicas o "lentas" que se bailaban "cogidos" en
aquellas pistas de baile iluminadas por bolas de espejos y
luces de color violáceo.
Allí, camino del instituto
recordábamos letras como las bailadas el domingo: "Me duele
más dejarte a ti, que dejar de vivir. Me duele más tu adiós
que el peor castigo que me imponga Dios. No puedo ni te quiero
olvidar. Ni a nadie me pienso entregar, sería inútil tratar de
huir, porque a donde voy te llevo dentro de mí. El amor de mi
vida has sido tú, mi mundo era ciego hasta encontrar tu luz,
por lo que más quieras no me arranques de ti; de rodillas, te
ruego, no me dejes así. El amor de mi vida has sido tu..."
Con esta ilusión tomábamos las
fuerzas para empezar la semana y afrontar las primeras horas
de clase. Aquellas horas, en las que aun sentíamos el olor a
tabaco del domingo o nos susurraban al oído temas tan
escalofriantes como: "Yo no tengo alas para decirte mis
heridas y en el cielo pasan nubes, el pájaro de nieve. Amor,
si tu dolor fuera mío y el mío tuyo qué bonito sería: Amor...
Amar. No tengo ventana para asomar mi soledad y hasta los
cristales del silencio lloran silencio... No tengo hoy ni ayer
pero sí tendré un mañana para volar. Yo voy por las calles con
tu nombre cerrado en mi puño y voy arrastrando una bufanda con
recuerdos hacia el olvido... Amor... amar".
Con esas tiernas canciones
recordadas en momentos de asueto vivíamos aquellos jóvenes
años, donde las letras llegaban al corazón y provocaban el
enamoramiento. "Que tu cariño no sea fugaz, jamás. Sin ti no
habría encontrado esta paz, jamás. Que me da calma y acaricia
mi alma: que no me falte jamás. Jamás, jamás he dejado de ser
tuyo lo digo con orgullo: Tuyo, nada más. Jamás, jamás mis
manos han sentido, más piel que tu piel porque hasta en sueños
te he sido fiel. No dejaré de quererte jamás, jamás. No
dejarás de quererme jamás, jamás con un amor sin cadenas ni
edad, que no me falte jamás..."
Era una voz dulzona,
penetrante, que sus letras se pegaban en tu mente y en tu
corazón, letras y música que provocaban escalofríos. No se
trataba de un éxito, de dos o de tres... todas aquellas
canciones eran algo grande para los enamoradizos. Eran las
canciones de referencia del momento, las que se nos quedaron
grabadas como un Single (sencillo), o como aquellos LP «Long
Play», que nos presentaban las doce canciones más modernas de
un artista.
"Decir te quiero y decir amor
no significa nada. Las palabras sinceras, las que tienen
valor, son las que salen del alma. Y en mi alma nacen solo
palabras blancas preguntas sin respuestas, llenas de
esperanza. Un amor como el mío no se puede ahogar como una
piedra en un rio. Un amor cómo el mío no se puede acabar ni
estando lejos te olvido, y no se puede quemar porque está
hecho de fuego, ni perder ni ganar porque este amor no es un
juego".
Y pasaron los años... el tiempo
se encarga de ir llenando los archivos de temas nuevos, de
éxitos interesantes, de tendencias siempre modernas... se
acabaron las discotecas de baile lento, y fuimos creciendo con
los nuevos vientos. Otras músicas, nuevas discotecas,
salas,grandes jardines con frondosos espacios y el progreso
fue presentándonos lo último. Así hemos vivido los 70, los 80,
los 90 y los dos mil... y casi estamos en el dos mil veinte.
¡Cuantos años! De repente una noche en un pub de Valencia
allá por el año 2003, se empieza a escuchar aquello de
"Siempre me traiciona la razón, y me domina el corazón. No sé
luchar contra el amor. Siempre me voy a enamorar de quien de
mí no se enamora y es por eso que mi alma llora. Y ya no puedo
más, ya no puedo más, siempre se repite esta misma historia."
Y todos bailando a ritmo frenético y tatareando la letra de
aquel clásico que yo recordaba a la perfección... Volvía con
honores Camilo Sesto.
Camilo Sesto, que fue el
productor junto a José Fernández y Teddy Bautista, de
"Jesucristo Superstar! Fue lanzado por el sello Ariola en
1975, con arreglos de Teddy Bautista, y con la participación
de Ángela Carrasco como María Magdalena. Un valiente en
aquellos tiempos que se interpretaban en la Feria de Julio de
Valencia, estos musicales como el referido o Gospel, Camilo
se atrevió a ponerlo en escena. Un heroe con voz desafiante.
Pero los años están ahí.
Camilo se fue apagando, las redes estos días nos han inundado
de mensajes lamentando su muerte. La muerte nos llega a todos,
pero todos no pueden presentar ese bagaje de manos llenas con
más de doscientas canciones que quedan en el recuerdo. Si y me
viene a la cabeza aquellas emisiones de radio de "Cada canción
un recuerdo" o "Discos dedicados, al ritmo del trabajo",
¡Cuantos momentos de felicidad dieron esas canciones, yo mismo
escribía postales para dedicarlas a quien trabajaba en la
Fábrica de pantalones Lois, o por la noche en programas
específicos de mensajes... esa fue nuestra juventud, nuestros
años de instituto, sin móviles, sin apenas teléfonos, con
pocos recursos en los bolsillos y con muchas ilusiones en la
cabeza.
Camilo no ha muerto, Camilo
sigue vivo cada vez que oigamos su voz en cualquier lugar, yo
ahora estoy con él, me hace compañía y me hacer recordar lo
efímera de nuestra existencia.... "Preguntas sin respuestas,
llenas de esperanza.... que no me fakte jamás..." Y al final
del camino nos vemos como decía aquella canción que tantas
veces se bailó en aquel inicio de los setenta: "Tan solo una
mirada, y ya te comprendo, tan solo un pensamiento, nos une a
los dos. Una palabra y ya te siento, por ti he llorado por
fuera y por dentro, me basta pensar en ti y ya te tengo...
Yo tengo un alma blanca que
está envejeciendo, y tengo tanto que darte, y todo se está
perdiendo. Mi vida camina sobre un alambre yo he nacido para
sufrir, porque he nacido para ti. ¡Si volviera a nacer,
volvería a quererte, sin remedio...! No hagas caso de lo que
digo y déjame quedarme un rato o siempre contigo. Si vas
buscando amor, por otros caminos, acuérdate de mí ¡soy tu
mejor amigo!"
Camilo hasta la eternidad y
allá donde estés sigue cantando. La vida es olvido, la vida es
apego y desapego, pero la vida es nuestra, de cada uno y tu
has sabido legarnos con esa maravillosa voz que nos ha
ilustrado tantos años, momentos de felicidad y de amor. "Amor
si tu dolor fuera mío y el mío tuyo, que bonito sería... Amor,
amar":
Comparte la noticia
Categorías de la noticia