Carmen Jávega, concejal del PP en Aldaia. EPDAAsistimos desde hace ya unos años a un cambio climático sin precedentes y desde EEUU nos llegan noticias de que Trump fiel a su palabra abandona el Acuerdo de Paris y deja a Estados Unidos fuera del pacto mundial. ¿Cuántas veces pensamos que los políticos no cumplen su palabra? ¿Cuántas veces tendremos que rezar para que el nuevo presidente americano deje de una vez por todas de cumplir todas esas insensateces electorales que prometió en su campaña?
Y mientras, nuestro país está atenazado por una ola de calor que nos asfixia recorriendo toda la geografía de este denostado rincón del mundo. Ahora que nuestro territorio vecino se incendia y mueren en él más de sesenta personas, y en las noticias nos hablan de tormenta seca, cables eléctricos, y eucaliptos…, los pobres mortales asustados ante semejantes desastres y calamidades nos preguntamos: ¿Se podrían haber evitado estos incendios? Oímos que los expertos dicen que sí, que se podían haber evitado, y entonces cruzamos los dedos para que el fuego no vuelva este verano a nuestros pueblos y recordamos el sabio refranero “Cuando las barbas de tu vecino veas…”.
Caliente se presenta el verano, en las temperaturas y en todos los demás ámbitos. Caliente se presenta cuando nuestros dirigentes políticos no se ponen de acuerdo para nada. Todos ellos hablan de una nueva política, de regeneración en los partidos, pero eso sí, sin plantearse jamás su propia renovación, aunque lleven años pegados a poltronas en las que se ha instalado el inmovilismo, puesto que su única certeza es que ellos jamás sean descabalgados. Así se presentan los nuevos salvadores de la patria que cuando acceden a cualquier cargo, se sienten poderosos y cambian automáticamente las consignas que los llevaron hasta allí. Cuantas veces he recordado en estos último tiempos un libro que leí hace más de veinte años, “Rebelión en la Granja” de George Orwell. ¿Cómo cambia la gente cuando adquiere poder a cualquier nivel? ¿Cómo cambian ideas comunes y puras a ideas individualistas y tiránicas? Y parafraseando a Orwell “Al final ya no era posible distinguir quienes eran los cerdos y quienes los humanos”. Solo se puede concluir pensando lo mal que sienta el poder a algunas personas. Aunque demos gracias según los católicos a Dios, y según los no católicos a quien consideren, porque realmente existen personas que trabajan por y para los demás desde los diferentes ámbitos de nuestras vidas, y las hay y muchas doy fe de ello, porque me cruzo con ellas a diario, este fin de semana e incluso hoy sin ir más lejos, pude departir con algunas de ellas, existen y existirán siempre.
Y como siempre en estas reflexiones que me hago cada mes cuando escribo estos artículos de opinión me pregunto: ¿Por qué no nos dejamos llevar por otras fuerzas más poderosas de la naturaleza y que también pueden provocar incendios aunque de otro tipo, más beneficiosos y más placenteros para la humanidad? Para los que habéis leído alguna vez algo que haya escrito, sabéis de qué estoy hablando, de la fuerza más poderosa que existe en todos los ámbitos de nuestras vidas. Hablo del AMOR, amor por la vida, por las personas, por nuestros principios, amor que sin ningún género de dudas haría la vida más fácil a todos. Feliz y caluroso verano.
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