Tramo de vía con limitación a 50 km/hora. EFE/Archivo Un grupo de investigadores de la Universitat
Politècnica de València ha ideado un prototipo de sistema de
comunicación entre señales de tráfico y vehículos que actualiza de forma
remota las señales para adaptarlas a las condiciones de tráfico y
transforma la placa en un radar permanente.
Este sistema está compuesto por un ordenador empotrado tipo Raspberry
Pi, una batería y una antena, y se comunica con cualquier vehículo
dentro de su radio de alcance para indicarle la ubicación de la señal,
su significado y la dirección del tráfico en la que la señal es
aplicable, según los datos a los que ha tenido acceso EFE.
Al recibir esa señal, el vehículo la presenta al conductor en el
salpicadero o en dispositivos móviles personales para ofrecer
información de forma automática y no intrusiva.
Desde su laboratorio, y en colaboración con expertos de la Universidad
Nacional de Tsinghua (Taiwán), el equipo de la UPV ha creado este
sistema que, según se explica desde la universidad, "destaca por su bajo
coste, fácil instalación y escalabilidad".
"Ante una modificación normativa no será necesario cambiar las señales
de tráfico desplegadas en las vías de circulación, como acaba de ocurrir
recientemente al limitar la velocidad máxima a 90 km/h en vías
secundarias", se añade desde la UPV.
Además de proporcionar información directa al conductor, se cambiarán y
se adecuarán al entorno o condiciones climáticas en tiempo real. "Así
serán las carreteras y señales del futuro", según Pietro Manzoni,
investigador del Grupo de Redes de Computadores del Departamento DISCA
de la Universitat Politècnica de València.
"Aunque predecir el futuro siempre es arriesgado, podemos imaginar que
en unos cinco años las señales de tráfico se comunicarán directamente
con el conductor a través de unidades de a bordo y dispositivos
móviles", pronostica Manzoni.
A su juicio, autopistas, autovías y carreteras tanto urbanas como
rurales "serán inteligentes y las señales de tráfico interactuarán de
forma transparente y automática en las pantallas o salpicaderos de todos
los vehículos".
El sistema propuesto envía información de forma bidireccional: transmite
información tanto desde las señales de tráfico hacia el conductor como
desde este hacia aquellas.
"Esto abre el abanico hacia un conjunto de aplicaciones que permitirían
la monitorización en tiempo real del cumplimiento de las normativas de
seguridad vial; sería algo así como disponer de una red de radares o
guardias de tráfico permanentes en cada señal", destaca Juan Carlos
Cano, investigador del mismo grupo.
Las soluciones existentes en el mercado hasta el momento están basadas
en las tradicionales señales de tráfico estándar o en pantallas de leds
configurables (limitadas a grandes vías y en ámbitos urbanos).
Además, cada vez de forma más habitual los vehículos ya incorporan
sistemas que, a partir de cámaras, son capaces de interpretar la
información de las señales de tráfico instaladas en las vías.
"Nuestro prototipo procesa todos los datos registrados por las señales,
como densidad del tráfico o condiciones meteorológicas. Y, a partir de
ellos, envía a los vehículos las órdenes y recomendaciones adaptadas al
entorno", explica Cano.
Actualmente puede darse el caso de no ver una señal, por ejemplo, en
días de niebla espesa, pero con este tipo de dispositivos -"que hace que
las carreteras hablen", según Manzoni- se puede programar una alerta de
audio o un mensaje en el salpicadero que, sin desviar la atención del
conductor, le permita recibir esa información y reaccionar "de forma
natural".
El investigador Carlos Tavares, del GRC-DISCA de la UPV, detalla otro
posible caso: "La densidad del tráfico es muy diferente a las horas de
entrada o salida de los centros que durante las horas de clase. La señal
puede variar en función del tramo horario, pasando de un stop a un ceda
el paso, modificando la velocidad máxima permitida o cambiando los
intervalos de verde/rojo de un semáforo".
Para validar el prototipo desarrollado, los investigadores prevén que el
sistema pueda ser desplegado en entornos críticos tales como "puntos
negros" y zonas de baja visibilidad.
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